NACER.
Todo estaba por
nacer.
Sólo me vencían en
los sueños
los largos caminos.
Me faltaban los
brazos.
La luz apenas. Ni un
ánfora
con agua por si
hubiera sed.
Sin sílabas.
Sin lágrimas.
Por nacer las tardes
lluviosas.
El llanto. Y tanto
dolor.
Las risas.
Sin necesidad de las
noches.
Quedaba todo el
tiempo para tantos viajes.
Sin contar los días.
Sin deseos.
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