LUGAR.
Mi especie anda
descosida. Ves los murciélagos,
así
pero andando.
Y me dan miedo,
-el pensarlo es un
estremecimiento-.
Pero a veces camino
hasta un acantilado que tiene mirilla,
y me dejo llevar,
viendo las aves que
vuelan bien
abriendo las alas
simplemente.
Llego hasta aquí al
atardecer
para quedarme quieto
e invisible
adivinando que ponen
las nubes antes de irse.
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