NO HAY PEOR COSA QUE UNA MUJER DECENTE.
Loverinbaby cogía la baqueta sin ninguna finura, como una sucia barriobajera, incluso te hacía daño de lo apresurado que lo hacía, era como una serie de fabricación, lo escupía todo sobre un orinal de loza lleno de estrellitas, y llamaba a otro. Hubo un tiempo en que sentir era pernicioso, aún hoy lo es cuando te acucia esa necesidad que tienes en los momentos extraños en los que piensas (cuando ves ojos hermosos en la calle), que subir a ver a Loverinbaby era una solución corriente, rápida y económica si necesitas caricias. Si vienes de trabajar y te tiras del autobús entre las hojas del otoño y vas desesperado es conveniente redimirse, y subes a la fábrica de Loverinbaby, una norteña echada en años que no se pinta la boca, y que se ha acortado el pelo para no tener que ponerlo sobre la nuca. Como si fueras al dentista o al peluquero, Loverinbaby es una profesional, te coge la polla de la misma forma que un desatascador, te la manosea un poco si está flácida, si estás demasia