MI CARA ESTÁ COMPLETAMENTE FRÍA.
Caminaba por un bosque lleno de hojarasca con un leve rastro de escarcha sobre el color amarillento de las hojas. Pisaba aquel sendero con manchones de moho verdoso y gran cantidad de árboles a los lados de tallos casi inabarcables revestidos de enredaderas de hiedra. Y percibo el cielo sobre mí y la rectitud de las formas que se precipitan geométricamente rectilíneas, y mientras camino, los ruidos se hacen con un eco extraño, el graznido de las aves parece sonar dos veces, y la brisa que mueve las ramas roza sobre mi piel, dejando mi cara helada........ ...... ...... Me da que en estos momentos no voy a escribir nada de provecho. Tengo esa sensación de mirar hacía todos los lados con la esperanza de que se me ocurra algo. Restriego mi cabeza y doy vueltas y vueltas a los recuerdos, a hechos presentes, a personajes, a la filosofía de la vida, a lances de amor, a sucesos intratables y violentos, a mi vena escatológica. Y nada. Me autoelocubro y me despedazo, y no sale nada. Me dan ganas