Preferible que tengas las dos piernas, si pasas de los sesenta, que sea levemente. De corazón enorme, en su forma, casi insuficiente para tu pesado cuerpo. Indistinto que hayas amado, que ya estés gastada de tanta ausencia. Si he de llevarte a pasear no me importa, sortear obstáculos, torrentes grandiosos, mares agitados, ciudades violentas, glaciares helados, leones de Bengala, viendo la televisión lo soporto todo, cosas de amor, desánimos, cuentos sobre ladrones, siempre que me des la mano, que pueda ponerla aquí, para que sepas que estoy vivo, que mi cabeza pueda posarse en tu regazo, para ver el techo, o haciendo juegos entre las grietas la luz de la ventana. Si te faltan los dos brazos, aprendí a sentir que me abrazan con los ojos.