GALENO.
Deduce mi galeno. Es entre la filosofía y locura (casi lo mismo). Los galenos están para eso. Saber de todo un poco. Hacen unas chapucillas de nueve de la mañana a las dos de la tarde. Sí, hasta esa hora ramplona tan degradada en el reloj. No es hermosa esa hora. -Nunca lo será, le ha tocado ser esa hora por un designio divino. Ya eran casi las dos de la tarde y de repente la prisa en sus ojos. Casi media hora sometiéndolo todo, con cierto orden, a tanta profundidad obsesiva en mi cabeza. - No te puedes imaginar cuánta angustia en tan poco tiempo le pasé aquel fulano. Una bata blanca o un quimono. Una parafernalia de objetos sobre los anaqueles. Bolitas eternas dándose por el culo unas a las otras sin acabar nunca de darse (zas,zas,zas, y zas y zas), odiaba no captar como iba disminuyendo la amplitud de sus golpes. Su boca a veces moviéndose, viendo como su boca se mueve casi imperceptible en lo que deben ser unos simples susurros, y yo en mi pequeño hueco, dese