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Mostrando las entradas etiquetadas como luz

LUZ.

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  De  mí  exigen los colores que les  dé  vueltas, que los vea como si de verdad existieran.  Sé  que de esa luz surgen todos los colores y que ellos  están  en  mí , sin  mí  no existirían. Cuando vengo aquí no vengo a buscar la esperanza, busco que la luz refleje su  único  color, y que yo imagine todos los colores para poder tener esperanza. Vengo aquí para recordar el inmenso esplendor de la lejanía, y el grandioso milagro de la luz. Vengo aquí a mirar, para seguir vivo. Debes saber que nada existe sin ti, tú eres partícipe de todo. Comprende, que has surgido de la oscuridad, y allí debes volver. Vengo aquí para no olvidarme de mi mismo.

LE LLAMABAN EL RUMIADOR SOLITARIO.

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Aquel dilema como otros muchos que no paraba de rumiar. Sí. La distancia más corta entre dos puntos no es la linea recta, es la curva. Así de simple. Y tener claustrofobia porque sabía a ciencia cierta que el radio del universo eran milímitro arriba o abajo diez elevado a siete años luz, incluso su densidad, palpable, uno dividido por diez elevado a veintidós. Extrañamente elucubrando. Rumiando una y otra vez con aquellas cantidades infinita s. Masticar pensamientos. Digerir. Otra vez masticar. Este día tan extraño, más intenso de lo normal de otros días más planos y largos. Mis dudas habían empezado a eso del mediodía. Es ese estado en que te paras a pensar y luego prosigues y prosigues, parándote otra vez a pensar. Estuve así unos diez minutos, algo que no es normal en mí. Los que me conocen saben que soy decidido y que pienso las cosas lo justo. El caso es que venga a darle vueltas sin encontrar la solución sobre aquel dilema (llamésmole así), que ya empezaba a obses

LA VERDAD, NO SÉ CÓMO TITULARLO -LO SIENTO-

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De todo lo que se queda desnudo toda la vida hasta la muerte, miro como la sombra cubre la luz de enero, lentamente, sobre tu cara. Luego repaso más historias de que estoy hecho, mientras me quedo viendo cómo sube la marea. -Aquel recuerdo que retorna al despertarlo el olor a hierba seca-. Cómo decías: te quiero de aquella forma, sin dudas. Tus labios redondos pintados de rojo en forma de corazón. Desnudos. Cálidos. Blandos. -Y por unos segundos la total inexistencia.-