Entradas

Mostrando entradas de enero, 2015

PUTAS PALOMAS GIGANTES EN LA CALLE.

Imagen
Aún no sé muy bien por qué me dio por violar aquella vieja que daba de comer a las palomas todos los días a las siete de la tarde lloviese o hiciese frío. Tenía unas piernecillas tan escuálidas que la levanté tres veces por los aires antes de correrme entre sus junturas, más seca que la mojama, y se lo dije, le dije de usted, mecago en su puta madre, no me eche más de comer a las palomas que la vuelvo a violar, venía todos los días con aquella mezcolanza de lentejas y arroz y  mugres de pan y algún que otro garbanzo que quedaba por allí porque las palomas no podían tragarlo, bajaba de San Julián, por Abastos abajo, se largaba del asilo por aquella manía que tenía la hija de la gran puta, con la bolsa de plástico, yo desde la ventana muchas veces le hice fotos con el móvil para los putos municipales, pero nada de nada, y me dije, la violo, y la esperé en el portal de Intimidades Mónica, cerrado por jubilación, según bajaba por Donoso, todo oscuro y transito poquito, por allí queda

LENGUA.

Imagen
Le dije, entre tanto desánimo hoy deberías darme un poco de placer. Incluso le afirmé, el amor fue la primera dimensión. Antes que todas las dimensiones ya estaba el amor recto e infinito. Este día es necesario, con tanto frío sobre mis manos. Déjame hacerte el macho suplicante. Estamos en la estación amorosa, y debes darte la vuelta: hay una mariposa en la alfombra que  aún no está del todo muerta. Las paredes blancas, no sé en que parte la geometría perfecta del cubo, y en el techo nubes defectuosas entre sombras. En este juego deseo vivir en tu orilla entre párpados abiertos ligeramente aceitados. Previamente buscada tu amplitud, dos dedos abriéndote en una medida perfecta. Sin escupir mis desdichas, sin decirte nada osado escupiendo. Donde habitas  meto la lengua para indagar antes de cerrarse. Nada es pútrido en ti. Luego juegas como metiendo cosas donde se acaba el vientre, donde a veces empieza el mar desde tu boca. Sibilas mentirosas que adivinarán n

LUGAR.

Imagen
donde has llorado la ausencia sólo está el recuerdo cuando llegas dos escalones, pétalos tirados la silla donde sentado esperaste y quizás un poco de brisa cuando cierras los ojos para intentar escucharle palabras escritas con luz   la maldita duda otra vez Qué puedo esperar de lo que queda dolor y amor a partes iguales en este lugar jurarme que no he perdido la esperanza otra vez

SOMBRAS.

Imagen
Yo permanecía inmóvil cuando era crío en el lugar donde no me alcanzaban las sombras que se movían, como alucinado. A veces la lluvia se arrastraba por los cristales a dos palmos de mis ojos y era todo un ulular si añadíamos el viento y los perros lejanos. De todo lo que se puede caer del cielo recuerdo una bola de colores que fue andando hasta allí, arrastrándose, como se hace al girar sin apenas contacto. No sabía que hay voces largas que se parecen amenazar pero sólo aman. Eso fue muy después, un tanto así de distante, de no sé cuántas lluvias, de no sé cuántos paseos hasta la sala donde las ramas de los chopos se agitaban tras la ventana, aquel día que me puse de pie en secreto por un arte de magia sublime, y vi aquellas sombras en el suelo de madera que se decían cosas horribles mientras mis padres se amaban.

COMO ERA.

Imagen
Yo me pensaba que tu “clítoris”, era como un tallo incipiente de helecho, sobresaliendo de la escarpada, entre piedrecitas de cuarzo. El autobús vibraba y facilitaba mi erección y si a eso se sumabas el pensamiento. Que no pensaba en el hambre, o en el dolor de mi hermana que a veces le daba por soñar que era reina. Al abrir la puerta el autobús gimió mientras paraba, y yo estuve por la acera caminando hasta tu portal lleno de oscuridad y de olores y al subir los tendales llenos de banderas con mangas y el zureo de palomas o los gorriones. Sobre las doce de la mañana me vi entre tus piernas y el sabor era a jengibre y pude mojarme los labios porque tenía sed, la luz era por la ventana de tan alto el cielo como era.

LLAVE.

Imagen
Palabra que dice luz y amor, y otra que debo mirar su duda. La llave encima de la mesa, tal como esta: AAAAB3NzaC1yc2EAAAADAQABAAABAQDEZKI3CLC2at0GlgY6cG6rLEcSUVB44mgNzMSlyPb4T4Vqe1an2cS3BQrWPfS3x6x4nQluvnP6K7RaT/9dm33c7j0VULu9ij0WBpMWp0xmlBRdHoGHRMjSCfGp2s1AeHvvUJb2/GYrJFkYk6fysrvry6UbbKuk1291rw1tAt4obbfh/90TMheQ9pbm/hREEcrE8Q0YgSAFnCTRo1yQGYn3pJDE4OJGU3y1nKQfWGS+9FYt18eMT3kS3P3ZjM7gj3TGWtuk9IUxX1TqIRY7TqH6ZLtRDKtcEnBIeiftUpnVLGPCoyA0pnjiOufBApa5XsOx7w3WcOB4dlKoafK2qJDT Debo adivinar en qué orden y en qué lugar. Supongamos que empieza con muchos silencios. y que hace frío. Palabras que dicen los infieles a los fieles en total orden. Palabra fuego sin ser verso Hambre sin tener sentido. Palabras hechas de cristal o de color verde. La llave está ahí casi infinita.

SUBLIME.

Imagen
Pensaba en mi suerte inmediata. Cuál era. Luego aprecie que era libre de decidir el próximo suceso. Cerrar la ventana, dejar una raya de luz en su mínima longitud. Prometer la libertad a una mariposa purpura sentada sobre su tórax. Qué bien asesinar en este día lleno de frío. Debería decir una palabra que nombre a algo que amo. Sólo en silencio. Ya dije: es muy sublime la desproporción. Blanco o negro en su justa medida. Te dije, respira despacio. Aún eres libre. La cama intransitable como un desierto. A gatas irte hasta el fondo. Cruzar los Urales. Con todo el frío sobre tus manos. Limitar la luz del universo. Sólo es un gesto. Estira la mano lo que puedas -como un mono- y empujar la ventana en un último esfuerzo. Es sublime.

SOL.

Imagen
De todo lo que se queda desnudo miro como la sombra cubre la luz de enero lentamente luego repaso las historias de que estoy hecho y me quedo viendo cómo sube la marea.                                  Huele al fondo del mar.                                  Poseidón empuja una isla. Todo lo que he tenido entre las manos a veces nada y otras como eran la forma de tus labios entre el indice y el pulgar. El sol está aquí desterrando el frío.                                  Cómo decías: te quiero                                  en forma de T, tú lengua posada. Cómo poder hablar de ti en esta galería llena de geranios si a veces la mañana es el fin del mundo                                  Cómo decías: te quiero                                  en forma de O. Tus labios redondos. Desnudos. Todo es posible ir hacía ti si cierro los ojos.

AYER.

Imagen
Ayer. De extraña luz, por donde el solete esconde su carita. Al lado del mar en un ritual desolador e imperfecto de colores. Ayer sábado. Luego de todo eso. La niña se fue. Qué sería de nosotros sin un poco de amor. El frío tan intenso buscando allí lo último del calor. Poner al perro a tirar de mi. Debo estar siempre a punto para el impacto. Entender la gravedad que llevo encima ir con ella a todos los lugares en equilibrio. El día lleno de albricias dispuesto a coronarse. Lo esperaré detrás de la ventana. Su muerte al fin será como siempre. -¿Cuándo? -Y de qué forma.