PENSIÓN
A veces parecía que me quedaba allí, en aquel espejo. Llevaba tiempo con esa sensación de que algo iba a suceder. No es por nada, pero esa sensación la tuve aquí casi toda mi vida, encima del estómago. De todas formas había días que me olvidaba, pero al día siguiente volvía esa sensación. Se lo dije el día anterior, ya sabes como se dice eso, estás cagado de miedo pero se lo dices, si vuelves a venir te descerrajo, así, con todas las palabras, y lo dices mirando de frente para imponerte, mirando de frente y manteniendo la vista sobre sus ojos, no hubo mucho más porque creo que tuvo miedo y se marchó. Aparte del espejo con marco de rosetones, la dueña había puesto una litografía amarillenta de los bebedores de absenta, que ni siquiera sabría lo que era, ni cuántos años llevaría allí colgado. Yo había puesto a una china y una negra con las tetas al aire colgadas de la pared, a la negra se le veía un poco del coño por entre unas puntillitas, una decoración sencilla que a la dueña de la