ERA POR SI HABÍA AMANECIDO.

En esto que describo no he puesto la palabra silencio. Sucede en una edad que ya era de día. . He debido olvidar mis pertenencias. Me queda una habitación para toda la vida. Siempre la misma habitación hasta el final, y el cielo con sus diferencias, ahora mismo opaco como la ceniza. Cuántas cosas tengo. ¿Debo enumerarlas, y nombrarlas de nuevo? Cada cosa en un pensamiento. Una boca a veces de amplios labios reclinada sobre mi. Y una vez descubierto mi estado en qué posición esperando la noche. Y otra vez volver a empezar Hasta no sé cuándo. . Cómo he de decirte, esto que abrazo a veces pienso que ya es mío.