LA PUERTA ABIERTA.

Qué extraño. Hubo una vez en que se abrió una puerta, y se me vio llorar.
Y varias veces más de esa forma en que llegaba la mañana. Obligados a movernos.
Hay muchos recuerdos de tantas veces llorando, las manos aún diminutas,
y acaso levantadas. Recuerdo, siempre levantadas.
He descontado todos los días que han quedado hasta esta hora, y no queda nada.
Un día y otro, fueron soplos. Mucha noches largas, quizás,
días cortos, días inacabados, días acabados, quizás.
De todas formas, si abres la puerta estoy ahí. Debes abrirla.
Esta noche, creo, que no hubo noche, quiero decir que no me importa.
Ya no hay leves besos, ni las manos con el calor acostumbrado.
Me sabe esta mañana a no sé qué. Y es un prodigio que aún pueda llorar.
Si alguien quiere verme puede abrir mi puerta.
Pensaré que hubo una vez en que estuvo mi puerta abierta.
Comentarios
se me han ido los dedos tras tu "puerta" y pienso: tal vez sólo le falta el pomo, algo donde la mano ajena prenda... quien sabe