EL VERDADERO SILENCIO.


Mis pertenencias. He debido de olvidarlas.
Una habitación para toda la vida que me queda. Siempre la misma habitación hasta el final.
El cielo nunca igual, diferente. Suceden resplandores. Ahora mismo es opaco como la ceniza.
Cuántas cosas tengo. Enumero. Contar los pensamientos. Una cosa es un pensamiento.
No sé cuánto aquí. Aún.
Una boca a veces de amplios labios, reclinada sobre mi.
Al final de la vida.
Mis pertenencias.
Estoy recostado esperando hasta la noche.
Pronto. Quizás. El verdadero silencio.

Comentarios

EDUARDO YAGÜE ha dicho que…
Siempre me tocan tus escritos, Kenit. Gracias.

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