PARA AMARTE.
No te puedes suponer lo endeble que eres.
Un día, desnudo, deberías pasarte las dos manos sobre tu contorno.
Si te imaginas algo transparente ese eres tú.
También puedes darte la vuelta, de vez en cuando, mirar hacía atrás.
Es ínfimo lo que has caminado, ínfimo en el sentido de lo largo, lo alto,
y lo ancho que ocupas.
Hoy fijo has abierto una puerta, también has reposado, has dormido,
abierto los ojos hacía una fina raya,
un tubo aparente que dibuja el sol, agitando polvo diminuto, sin ninguna ley.
Eres eso que no puedes observar.
Que no puedes medir, sin herirlo.
No sabes que ya estás disuelto dentro de todo lo que es líquido.
Supón las rocas, tan duras, y se van haciendo invisibles.
Eres tan terco en tu solidez que incluso lo imposible puede ser posible.
Mientras no lo observes, puedes estar en dos sitios a la vez.
Sin embargo,
no puedes imaginar lo grandioso del amor, se queda ahí,
únicamente,
cuando tú no quieres ver, en el fondo del pasillo.
Sobre una butaca de cuero, esperando desde el origen,
a que te hayas ido para seguir amándote.
Comentarios
Precioso escrito. ;)