VECINOS.



CUARTO-A: Creo que mi vecino esconde algún secreto. Son tres de familia, y han venido a vivir al tercero hace como unos tres años. -por mayo, creo, del 2009-. Lo vengo observando desde hace ocho meses. Sus salidas y entradas. Quién los visita. Hace como diez días metieron en casa un aparador de dimensiones un tanto raras. No era de madera. Parecía de un metal como inoxidable. Y eso no es normal. Podría tener algún tipo de mecanismo electrónico en su interior. La esposa se peina con moño. El alisa el pelo hacía atrás. El niño lleva unos pantaloncitos bombachos muy ajustados. Y no parece tener amigos, apenas sale a jugar al parque, y cuando lo hace está totalmente sólo, y hablando consigo mismo, inventándose sus juegos. Lo que me hizo empezar a sospechar fue la visita del mes pasado. Dos mujeres y un hombre con sendos maletines, muy trajeados y pulcros, exquisitos. Lo del buzón es otra cosa. Pone familia de Breixo López. Ojeo de vez en cuando el buzón. Los sobres que reciben son de un formato plastificado, con muchos colores. Estoy tentado abrírselo. Quizás lo haga. Lo que ya colmó el vaso es lo del tendal. Lo cambiaron ayer. Tiene toda la pinta de ser una antena. Su forma helicoidal, doce vueltas de espira perfecta, el nudo central que hará de foco. Para mí, que es una antena de malla, camuflada.

TERCERO–C: Tengo una imagen de Nuestra señora de África sobre una cómoda de estilo Victoriano con un espejo en la habitación del niño. Por cuaresma siempre le pongo el manto morado, y flores de begonia. Y al triste Cristo que tiene en los brazos lo tapo con un mantón púrpura bordado de puntilla a dos capas blanca y roja. Mi marido le llama la morenita. Y aL niño no le da miedo el verla por las mañanas cuando despierta. Siempre me dice que la mira desde arriba, y que le dice cosas. El caso es que desde hace unos meses observo un rayo extraño que se filtra a través de la ventana. Antes no pasaba esto. Se pusieron a construir una obra de cuatro plantas en la otra calle - ahora ya van en la tercera-, y el sol nos da de forma diferente por la habitación de la niña; que tiene ventana balconada, con cristale escarchados.
A las doce en punto, se filtra un rayo por entre los dos pilares de la obra y una estructura de grúa, dando de lleno sobre la foto de Genoveva, la abuela del niño. Y no acaba ahí... El rayo parece que sale más amarillo, como un pequeño tubo de cristal lleno polvo flotando, reflejándose sobre la cara de nuestra negrita. A los dos minutos se difumina suavemente quedando la cara con un halo lleno de dulzura, aumentando su poder sobre el policromado de los jarrones, y el espejo de la cómoda, llenando la estancia de una sinfonía de los colores de lo mas variado (que yo me acuerde y vea: Aguamarina, Albaricoque, Amaranto, Ámbar, Añil, Caqui, Carmesí, Carmín, Cerúleo, Chartreuse, Cinzolino, y me dejo muchos cuyos tonos son indescriptibles, y no tienen nombre).
Hoy ha sido un día extraño y milagroso. Mi marido está aquí arrodillado. Mi niño con sus manitas juntas. Y yo tirada en el suelo con mis brazos en cruz, mientras rezamos el rosario.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
mi patio

Entradas populares de este blog

CANCIÓN SIN MÚSICA.

TOCAYO.

POR UNOS INSTANTES EN MIS SUEÑOS.