No
hubo nada de particular.
Lo
que llamamos silencio.
Caminábamos
alejándonos o acercándonos. Creo recordar el instante. Algo
impreciso.
Incluso,
cuando su boca estaba a dos dedos de mi, en todos los sueños de las
noches transcurridas,
su
boca tan cerca de mi de forma misteriosa.
Un
día, o un lunes. Hubo flores nuevas.
Nos
cruzamos veinte veces, y una vez coincidimos con los brazos abiertos.
Estaba
sobre el cielo toda la luz que ven los vivos.
Sus
bolsillos llenos de papeles rotos.
La
arrimaba contra mi. Éramos humo.
Quiero
decir como si no existieramos.
En un
péndulo de reloj dorado nuestras caras juntas por un instante.
Marcando un momento.
Como
dije, luego fue su boca que había llegado del otro lado del mundo.
He
perecido, soy lo que no se abarca.
Pero
vuelvo a la vida los lunes, a este pasillo,
sólo
por celebrar un beso.
6 comentarios:
Besos... de esos... ♥
Otro para ti, annnsí.
El texto me gusta sin análisis eruditos, pero hay ciertos juegos en las frases que lo hacen digno de mención. No voy a hablar de ellos, por supuesto, no soy tan pesado.
Un abrazo.
HD
Un abrazo, Humberto.
Todos tus besos son posesivos mientras que deberían ser más pronombres personales, supongo que tu corrector ortográfico barre para casa y sabe cuidar de ti.
Un abrazo pronombrado y diacrítico.
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