COMO ERA.
Yo me pensaba que tu
“clítoris”, era como un tallo incipiente de helecho,
sobresaliendo de la escarpada, entre piedrecitas de cuarzo. El
autobús vibraba y facilitaba mi erección y si a eso se sumabas el
pensamiento. Que no pensaba en el hambre, o en el dolor de mi hermana
que a veces le daba por soñar que era reina. Al abrir la puerta el
autobús gimió mientras paraba, y yo estuve por la acera caminando
hasta tu portal lleno de oscuridad y de olores y al subir los
tendales llenos de banderas con mangas y el zureo de palomas o los
gorriones. Sobre las doce de la mañana me vi entre tus piernas y el
sabor era a jengibre y pude mojarme los labios porque tenía sed, la
luz era por la ventana de tan alto el cielo como era.
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