CLAXON.





Me levanté como de costumbre, con la rutina habitual de todos los días. Son los ejercicios que el pensamiento no ve ni coordina, como si dentro de nosotros un pequeño ser llevara los mandos. Cerré la puerta de casa tras de mi y bajé paso a paso las escaleras. He de decir que los ascensores me producen cierta desazón. Cuando llegué a la cota inferior para entrar a mi garaje oí el sonido lejano de un claxon. Pasé las dos puertas de seguridad y el sonido se hizo totalmente perceptible y penetrante, mientras el automatismo iba encendiendo las luces me embargó una repentina inquietud al comprobar con sorpresa que el sonido procedía de mi coche aparcado en la plaza número catorce. Con cierta cautela y algo de miedo me acerqué lentamente desde la parte de atrás hasta que se hizo totalmente visible el cristal delantero. De aquella calma angustiosa pasé al miedo más profundo y paralizante, en mi coche había un hombre dentro. Estaba con la cabeza apoyada en el claxon, con el pelo recién cortado , con las gafas semicaídas sobre la nariz, con mi misma camisa blanca y corbata, y con mis mismos ojos abiertos sin dejar de mirarme ladeada la cabeza. Quedé inerte unos instantes como si fuera un mal sueño, un suceso irreal, hasta que me decidí a abrir la puerta lentamente viendo como la figura se difuminaba como un arco de neón transparente. Presa del pánico decidí sentarme muy despacio en el asiento. Estaba tremendamente asustado. Fue entonces cuando repentinamente empecé a desvanecerme sintiendo sobre mi pecho un extraño peso que me oprimía, y como lentamente mi cabeza ingrávida se desvanecía hasta quedar apoyada sobre el claxon en el frontal del volante, empezando aquel zumbido largo y estridente que fue haciéndose como un eco lejano, al mismo tiempo que mis ojos en un mínimo halo de luz, ya paralizados, veían aquella sombra borrosa que se acercaba al coche .Aquel hombre que caminaba como yo, con mis mismos pantalones, con las mismas gafas, la misma cara asustada, y los mismos ojos cansados y ansiosos que me miraban llenos de pánico.

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