LETANÍA.

Lo que en mi lasa vida me parece trágico no tiene comparanza con otros desánimos comparanza con aquellos los que tiene el repente. Y todo lo trágico en un segundo. Siempre hay algunos en todos los sucesos, que presienten que les van a segar la vida. Mucho ocurre eso en las guerras. Y en tiempos de odios y blasfemias. Digo. Tu guerra de banderita. Tu guerra. De sofá. Imagínate. Tu y yo que quizás no supimos matar nada. De repente debes matar lo que siente, y lo que presiente. Mira, incluso aunque la tuya, tu vida, te anuncien que será cada día más esigua. Hasta llegar a cualquier celebración de santoral en que se acabe como es debido. Sobre un lecho. Lleno de paz. Siempre. Está esa trágica forma de destino cuando ibas a por tu pan nuestro. Para tus hijos. Y te recoge un tramo de metralla, quedando allí para la noticia. De que no se le ocurra a otro dar de comer a lo que quiere. Sabes, no es nada baladí, que te maten y luego te canten alabanzas, oh, el héroe que salio a por pan. El...