Entradas

TARDE.

Imagen
Sobre una bóveda azulada imaginado el tiempo, en una pausa o en muchas la luz que parece quieta encima de la tarde. En los nidos hay bocas esperando. De vez en cuando volando sobre un pico llega una lombriz y el día deja de ser una aventura. Escucho los ruidos cercanos. Si transitas imagínate que detrás de cada cuatro paredes puede haber: amor, odio, sufrimiento, que puede estar surgiendo la vida o la muerte. Es indistinta la fraternidad de las ánimas de los vivos. Son nidos, y siempre habrá bocas abiertas.

MEMORIA.

Imagen
Quedará testimonio de mi. Las huellas. Un día golpeando algo contra algo. Arrastrando, hurgando. Todos los años, años anteriores, años posteriores. Me rodearon personas que también lastimé con mis dedos, y de forma indeleble, invisible, con mis actos. Testimonio en mi, en mi cuerpo, si abro las manos, si abro los ojos, y ves mis pupilas y el contorno, mi forma inclinada, los pasos asustados y difíciles. De mi no quedará nada en ti, absurda soledad de arrojarme a la calle en las mañanas abriendo una puerta. Los lugares que visito despoblados, las ruinas. Y mis pies arrastrándose desde este lugar donde empieza a perderse la memoria.

CAMINO.

Imagen
De entre todas las etapas para alejarme, recuerdo una en que me negaba a caminar. Sin mariposas, ni libélulas, las piedras y el polvo repletas de moras. Cómo podría decirte, si estás enamorado ya lo sabes. No había en lontananza la imagen necesaria, donde el camino se hiciese ilusorio, e inexistente. De tanto amor, henchido como llevaba, decidí alejarme mas y más. No sabes lo que es viajar con una carga de amor. Saber, imaginar, otro recibimiento en otra ciudad, llenos los brazos, llena la boca. Y la piel en su esplendor. -poros como volcanes plenos de furia-. El corazón repleto y a saltos bailarines: ahora en su amplitud, quieto ahora como en la muerte. Pretendía alejarme lo más posible para acercarme y cada paso mi estómago saciado, repleto de alacranes, y mi sexo humedecido por el deseo. Era caminando cada etapa de espaldas al horizonte, sin otro pensamiento que su cara en holograma. Su piel oliendo a aceites de almendra, como si

ENTRE TANTA SOLEDAD.

Imagen
Cuando todo me empezó a dar vueltas, faltaban dos minutos para la sexta década de mi vida. Percibí una intensa sensación de nausea . Y cuando quedaban apenas unos segundos para la onomástica, me cogí a la manilla de la puerta del baño, y entre tanta soledad me fui cayendo lentamente de rodillas. Quedando la mitad de mi sobre una moqueta verde oscura, y la otra mitad de mi -los pies desnudos-, sobre los azulejos blancos del baño. En ese estado nauseabundo, mi boca sobre lo mullido, mis pies descalzos soportando el frío de la piedra. Y así, entre tanta soledad. La hora por la luz, quizás medio día, por los ruidos de la calle, quizás media tarde, por la algarabía de los niños, quizás la mitad de una hora temprana. Y siempre. No sabría cómo. Entre tanta soledad. Entre tanta soledad debía decidir el rumbo. A un lado la puerta de la cocina, al otro la ventana del balcón entreabierta por la que se agitaban unos visillos blancos abatidos por el aire. Entre todo aqu

TE LO DIJE.

Imagen
Después de haber deambulado mucho tiempo. En algún momento preciso recordé que ya era la hora de darme la vuelta. Sugiere la puerta que la abras. A lo largo de todo el silencio, en su vuelta, te enseñará el espacio al que perteneces. Es sublime. De improviso no recuerdo a más de cuatro desconocidos, a más de tres conocidos. No sé si debo cerrar tras de mi todo el espacio sobrante. Y habitarme. Es muy sublime la desproporción. Dentro de mi no hay nada, fuera de mi no puedo abarcar lo que existe. Siempre la inmensidad. De un tiempo a esta parte presiento a los ácaros al entrar, cómo se esconden, inapreciables, si estuvieras tú al fondo, al lado de la cómoda, tu cabeza en forma de hormiguero, el tronco, las manos. Sublime esta percepción de ver lo microscópico. Incluso. Cómo creces desordenadamente en tu interior. - Te lo dije. Mira, te lo he dicho. Por la moqueta lo que vive al caminar suena como si pisaras nieve. Mis pies un contorno de

BESOS.

Imagen
No hubo nada de particular. Lo que llamamos silencio. Caminábamos alejándonos o acercándonos. Creo recordar el instante. Algo impreciso. Incluso, cuando su boca estaba a dos dedos de mi, en todos los sueños de las noches transcurridas, su boca tan cerca de mi de forma misteriosa. Un día, o un lunes. Hubo flores nuevas. Nos cruzamos veinte veces, y una vez coincidimos con los brazos abiertos. Estaba sobre el cielo toda la luz que ven los vivos. Sus bolsillos llenos de papeles rotos. La arrimaba contra mi. Éramos humo. Quiero decir como si no existieramos. En un péndulo de reloj dorado nuestras caras juntas por un instante. Marcando un momento. Como dije, luego fue su boca que había llegado del otro lado del mundo. He perecido, soy lo que no se abarca. Pero vuelvo a la vida los lunes, a este pasillo, sólo por celebrar un beso.

OLVIDO.

Imagen
No puedo expiar ningún pecado. Lo sensual era por obra y gracia. Y estaban aquellas flores y todo lo que era hermoso.Una ventana. El cielo irregular. Podría apretarte todos los días cuando sea domingo. Sin prisas. Y buscar nuevos enigmas debajo de la mesa. En las estanterías. Los pensamientos que nos invitan a la memoria. No hay reglas invariables en nuestras secuencias. Hace una semana otra vez aquí. Dispuestos a emprender el viaje por el mar Amarillo. Hubo una vez. Un beso. Lo recuerdo. Otra vez alas. Y otro beso. Uno diminuto y otro grande. No debo rezar en este infierno el pan nuestro. Nada nos es dado que no vaya a suceder por un designio. La soledad, no el silencio, la soledad. Otra vez las manos. Acaso, y cosas de los ojos. Cuando comprendía que era para amarnos durante un tiempo. Toda la vida, nunca. Otra vez como, así, como vienes hasta mi hombro hac

LABIOS.

Imagen
Todo se basa en la inocente ausencia. Como una cúspide apoyada sobre su parte angosta. Todos los pensamientos tienen en el recuerdo la ausencia. Y en sí. Recreada. Es como si tu mano dibujara su forma. Tan sutil. Me acoges en ti en las horas desproporcionadas en que he de mantenerme en equilibrio. En el sentimiento de ausencia no hay ninguna dicha. Se cumple la ley en todos los fenómenos inexplicados. Sin presencia absoluta. Te recreas. En todo. Con cierto dolor. S ó lo en la noche. Te percibo. Como dibujada sobre las sombras. Casi nítida. Excesivamente necesaria. En la perfección. De un dedo minúsculo recorriendo el surco de mis labios.