PAÑUELOS.
En los trenes de ahora ya no se pueden sacar pañuelos blancos y agitarlos, a todo lo más que llegas es a poner una mano abierta sobre el cristal de la ventanilla y dejar una forma endeble de mano que va desapareciendo. Recuerdo aquel último día sobre las tres de la tarde la parte de atrás del tren ir desapareciendo, y yo volver sólo. Yo siempre le decía no me pongas Careless Love, ese blues es muy triste. Un día vino Sonia y ya no pudo casi abrir los ojos. Me lo han dicho por tres veces, y me da mucha pena.