GALLETAS DE NAVIA


Cuando mi padre bajaba a Navia, siempre le pedía un paquete de galletas maría.Tenía aquella ilusión de niño, de abrir aquel paquete con papel fino y azulado. Ir cogiéndolas con la mano, y sentirlas crujientes en la boca. El asunto era ir dosificándolas para dos días, esconderlas para que mis hermanas no las encontrasen. Un día comprobé que mi padre me engañaba, y que casi siempre se le olvidaban -lo encontré comprándolas en la tienda de Hortensia-. Todo cambió. Aquel paquete ya no me gustó. No eran galletas de Navia.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Qué bonitos recuerdos los de la infancia.
Anónimo ha dicho que…
Qué bonitos recuerdos los de la infancia.
Anónimo ha dicho que…
Qué bonitos recuerdos los de la infancia.
Anónimo ha dicho que…
Qué bonitos recuerdos los de la infancia.
Anónimo ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Noe Dominguez ha dicho que…
Resulta enternecedor ver que el universo de un niño gira en torno a una simple ilusión. Es triste cuando has crecido y tu universo sigue girando en torno a lo mismo. Me gusta, kenit. Besos.

Entradas populares de este blog

CANCIÓN SIN MÚSICA.

OBJETO.

TOCAYO.