BONGO.


Ya casi al amanecer, ebrios de alcohol, impusieron aquella promesa. A Bongo no le gustaba aquella ruleta. Había 1780 euros sobre la mesa. Eran tres y muy hermosas, con sus ajustadas braguitas. Una de ellas estaba con la luna. De las tres escogías una y la debías de comer con pleno fulgor, hasta acabarlo todo. Si lo hacías bien, y no dejabas nada, los 1780 euros eran para ti. A Bongo le dieron vómitos. Y se tuvo que pegar un tiro dentro de los asquerosos inodoros. Esa era la regla. El ser humano está lleno de incertidumbres.

Comentarios

Anita Noire ha dicho que…
Me desconcierta. Pese a ser la "regla"

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