DECIR NADA.
Algunas veces me fijo en lo erosionado por las manos, cuántas manos me pregunto sobre la piedra suave, sobre la madera desgastada, cuántos pies sobre las pulidas losas, cuántos siglos.
Si nos quedamos sobre lo que adoramos, me entra el miedo cuando lo acaricio.
Todo lo que tú has tocado sigue aquí, en la oscuridad, y presiento que se mueve.
Algunas veces me fijo en un leve rastro donde te dabas la vuelta al lado del espejo,
y tengo miedo, a que te hayas quedado allí y no me quieras decir nada.
Comentarios
Sergio.
casi como este tema que suena de fondo
http://www.youtube.com/watch?v=IhqqZN0H7CI&feature=related
me fascina el otro lado del espejo
bes
saludos Kenit