PARA TI.
Cómo podría conseguir que una posibilidad se convierta en realidad sabiendo que hay una sutil diferencia entre lo posible y lo probable.
Sin ninguna opción prevista para que ocurra un resultado.
Todo lo lejano tiene que ver con la ausencia, el peso en el corazón, en la cabeza un teatro de guiñol, y siempre su cara.
Ir diciendo: te quiero, te quiero.
Y luego mirar y oler, contemplar lo abstracto, la silueta de los bordes, lo posible que ha quedado del ser que amas.
Sabiendo
que ningún fenómeno real ha de cumplirse en ese instante sobre todos los objetos tocados por sus manos, sobre la piel que te cubre que estuvo sobre su piel. O sobre el aire sospechar brazos abiertos transformando volutas imaginadas.
Todo lo que sucede ahora bajo la luz ambigua es la posibilidad que esperas: detalladas apariencias, un hueco dentro de tus manos.
Lo cierto es que en el gesto de un abrazo no hay probabilidad de suceso si uno de ellos está ausente. Al menos no hay nada escrito sobre ello en la teoría del conocimiento.
Sin embargo, quién puede asegurar que no haya laberintos dentro de las sombras.
No sé qué decirme.
Sabiendo que aún no está el ser que amo,
sólo es posible cerrar los ojos y recrearme en la aventura.
Comentarios
y cuando tu lado de terciopelo de alcoba caliente me acaricia, también me gusta, he de admitirlo
ese abrazo tuyo que queda en el aire como suspendido, hermano de este beso mío que no te llega, pero sé que se siente
Seila.
Aún así, y esos laberintos de sombra, que guapo ye querese, coño !
Gracias por dedicar NOS
el poema.
Ya estoy entre los 67.
Un cariño.
HD