ÁRBOL.




Veo un árbol.Tú ves ese árbol.

La luz es la misma, la distancia igual,
pero cada hoja lleva un secreto distinto
en mis ojos, en los tuyos.

Intentamos nombrarlo, medirlo, encerrarlo
en palabras, líneas, fórmulas…
pero siempre se escapa un suspiro,
un matiz que no cabe en ningún diccionario,
un color que sólo existe en nuestra mirada.

Definirlo sería robarlo,
sería decir que el mundo se pliega a un lenguaje.
Pero lo que vemos es libre,
y esa libertad nos pertenece solo a nosotros,
como un instante que nadie puede replicar.

Lo que veo no cabe en palabras;
lo que ves no cabe en las mías.
Cada mirada es un instante único,
un secreto que solo nos pertenece.

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