LAS MAÑANITAS.
La parte de amor que debe llevar mi historia me parece inconsistente. La quiero tratar con sutileza, que no signifique nada sobre la trama principal completamente trágica. Sucede en una solitaria mañana de sábado y los dos deben abrir los brazos de s pués de un largo tiempo sin haberse visto. ¿Cómo he de describir esa situación? Acaso mi escasa experiencia en encuentros amorosos podrá enfrentarse a tal desafío? En realidad todo lo que se relata sobre el amor es una jodida mentira. Colocarle aves a la cosa realza la situación. Un atardecer. Una terraza miserable, tal vez. Cursiladas así. Deja el inconsciente vaivén de tú mano y, mientras, mira a la ventana llena de vencejos, y las sutiles sombras que deja el atardecer paseándose, lamiendo nuestras caras, así de pesadas y robustas, hercúleas sobre la cal de la pared, llenas de vida sombría, porque son sombras caprichosas y se mueren con la luz. Tócame y cerraré los ojos, sáname, dame sal, bocanadas de yodo, s