Entradas

VIDA.

Imagen
Tuvo que ser en primavera cuando le dije que la amaba. Después de dieciocho años de aguantarnos, voy y se lo digo: -pues, oyes, te quiero. Yo no tenía nada ya que hacer cuando ella se iba a trabajar, las hojas de los geranios seguían creciendo y dando flores en el balcón, la vida seguía sucediendo, por ejemplo, aquellos grandes camiones de reparto de cerveza que venían bufando a primera hora. A veces los niños con su griterío, imbéciles siempre, ya con depresión el mayor, llena de manías la más pequeña. Harto de todo los dejaba solos cuando no tenían escuela, y bajaba a tomar un café a la Solana. Al volver, al abrir la puerta, todo aquello, el olor, los gritos de la menor y todos los platos para lavar. No sé si le dije que la quería sin darme cuenta. Ahora mismo no recuerdo si fue en primavera,o quizás esta misma mañana antes de irse a trabajar.

ANO.

Imagen
Miré al cielo omnipotente mientras meaba sobre una maleza de zarzales y brezo. Todo esto lo hacía al cielo de poniente en su larga presentación de nubes entrelazadas, figuras llenas de anarquía a las que trataba de poner cierto orden mental dentro de aquella total ofuscación. La soledad del bosque solo roto por el ulular del viento y el graznido de algún ave desesperada. Sentía aquel dolor horrendo en mi linea pectinea, desflorado mi esfinter interno, aún nota ba la humedad de aquellos restos sanguinolentos. Aunque mi verdadero dolor era otro, aquella obsesión ofuscada de verme violentado por los tres robustos madereros del bosque de los Robledales. Me sentía aprisionado aún por el cuello y la rodilla del calvo y su aliento a orujo sobre mi boca, mientras uno moreno me entraba sin compasión a tirones salvajes, y así se fueron turnando uno tras otro sin la más mínima compasión. Dejándome allí tirado, al borde del camino, dentro de aquella inmensa soledad. Mi incertidumbre

TENDAL.

Imagen
El hijo de puta del cuarto D tiene el lomo tatuado con un águila que cae en picado sobre unas espaldas inmensas, pero quiero rajarlo, quiero meterle una hoja con venteo que tengo de Taramundi, hasta donde le llegue, y dejarle entrar el aire para que ventile la patata. Mi Dolores ya me lo dijo dos veces, que se asoma por la ventana del salón al patio de luces y coge las bragas escuálidas de su parienta y la mira, mientras las huele, la mira con una sonrisa de conejo, mientras mi Dolores retira las a las suyas, hermosas a lo XL, de su ordenado tendal, que le va el culo de mi hembra, que lo sé, a ese hijo de puta sin trabajo conocido.

NORA.

Imagen
Cuando llegué a Valdoncina, mi tía Nora me llamó Paquito como cuando tenía seis años. Debajo del entrante del portón estaba mi hermana Amancia y me lo dijo, no le hagas caso, ya no sabe ni cómo se llama ella, muchas veces piensa que está aún en Valdevimbre, o en Sahechores. Por las Lomas se veía la atardecida, yo recordaba siempre aquella raya quebrada en forma de serrucho con todos los colores cuando el sol se escondía, y extrañamente las primeras golondrinas al final de Marzo. Siempre que iba era una ceremonia subir al desván por dos quiebros de escalera de madera, allí olía a cecina y chorizos y estaba todo revuelto lleno de trastos viejos, montones de patatas y grano de trigo y de centeno. Me quedaba de pie viendo la larguera de madera que lo sujetaba las dos pendientes del tejado de losa con dos claraboyas de aireado por donde entraba una extraña claridad en forma de tubo. Me quedaba de pie y cerraba los ojos para escuchar aquel grito de Nora intentando levantar las pier

GNOSEOLOGÍA

Imagen
Meditaba, así, mirando a sotavento de los visillos abultados hacía la habitación como si una figura invisible los empujara con esa forma abombada que les daba vida momentánea. Ella se puso enfrentada  a mi. Me contuve mucho para no irme hacía ella, ella allí, desafiante, insultante, lo ultimo que pude verle fue la mano en su coño cogido a un puñado, diciéndome al mismo tiempo cómeme aquí so maricón, hijodelagranputa, picha flácida, impotente, y más cosas que me dijo que no deseo aclarar. Filosóficamente me contuve. Al fin  y al cabo no dejaban de ser sus cotidianas y clásicas palabras de amor hacía mi. Yo así me lo figuraba. Yo siempre tenía aquella obsesiva ceremonia de antes de devorarla, el digerir mentalmente la presa para poder tener una extraña erección. Al final no me quedaba más remedio que abarcarle su amplio culo,más inmenso que mis brazos, y empezar a lamer como un poseído. Siempre era igual. Hasta cuando yo no podía más, y por mi boca derramaba su vis

RADIO INVICTA.

Imagen
Y al desván. Se subían los muertos. Entre el grano de centeno sus manos abiertas. La antena de la radio era un hilo de cobre, la radio estaba tapada por un tapete blanco, la antena salía por la parte de atrás, iba hacía arriba, atravesaba las tablas del techo hasta el desván, por el desván de un lado al otro enroscado sobre una viga larguera carcomida, saliendo una punta simple de alambre entre el hueco de las losas de pizarra. Yo me imaginaba que por allí entraba todo lo mágicamente invisible. A mi me constaba lo dicho por Charles Darwin sobre la selección natural. No había duda. Luego miraba a mi abuelo Paco, y a Carmina mi tía y no los reconocía dentro de una sucesión meditada, yo los metí siempre en el eslabón perdido. El esperma del cruce con el Neardental era la vía láctea. La otra posibilidad era la Panspermia, semen congelado caído sobre la sierra de la Bobia millones de lustros atrás. Lo sencillo era creer en la anastasis, palomas blancas, el sumo h

EL ROCK DE LA PÉCORA.

Imagen
Poemas de un paleto. ¿No hay suficiente entretenimiento en tu vida? Especialmente esta noche, ¿verdad?  ¡Entonces no te lo pierdas!, podríamos estar divirtiéndonos sin complicaciones muy pronto. No necesito ningún romance u otra cosa tonta. Esa es la atadura que no queremos, no eres un extraño para mi. Sabes de lo que estoy hablando, ¿verdad? Sé que en el fondo eres un macho total. Déjame tener un poco de eso!, de tu bravura. Estoy lista para una aventura sin ataduras, de inmediato, echa un vistazo a mis fotos locas, ¡esperemos que ocurra algo genial! Ven. Masturbarte hasta que quedes tísico.

MANZANERO.

Imagen
La claridad que entraba por entre los visillos era la luz de un Domingo, aún tenue. En todos los casos se vuelve difuminada penumbra. Yo veía su perfil dibujado porque mi cabeza estaba detrás de su pelo. Sentía su cuerpo y aquella extraña sensación de calor que me hacía acurrucarme como protegiéndome detrás de su espalda. Yo la había amado mucho. Tanto que no te puedes ni imaginar. Y ahora, mientras sentía en mi pecho el leve movimiento de su respiración pensaba por qué la estaba abrazando. En estas situaciones tienes que invitarte a ti mismo a la emoción. En tú memoria encuentras trozos rotos de un ánfora y empiezas el rompecabezas. Y en esta situación en que ella te está sintiendo también encajado entre sus piernas, casi inanimado, te das cuenta que no debes retroceder y empiezas ese movimiento de roce sobre su culo. Es la mecánica de lo que quedará muerto porque es pura inercia existencial y siempre muere. Si te digo que es como un bolero debes creértelo, a ese