SACRIFICIO


He tenido suerte, en la trampa de la terraza ha caído una paloma con los ojos amarillos; es hermosa: tiene plumas marrones en el cuello, y las timoneras son de azulado oscuro, con el dorso blanco, y en los tarsos plumas doradas que le tapan los dedos. Hoy estamos a veinticinco y es viernes, la luna llena entra el veintiséis y parece que estará despejado.
También he sacado el tarugo de roble, la palancana, y el cuchillo de chef, y la túnica blanca. La ceremonia la empezaré a las doce de la noche y si no hay novedad, para la una me fumaré los cornezuelos de centeno.
Viendo la paloma tan inquieta dentro de la trampa, zureando, como si presintiese su muerte, me da algo de pena tener que cortarle el cuello.

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