PEREJIL


Pues ando metiendo ajos por todos los sitios, y también me como ajos macerados con leche espesa y miel. Mis poros destilan ajo y huelo a ajo arriero, porque la bruja del tercero viene cada poco a pedir perejil, y me da ese pálpito de que tiene intenciones extrañas respecto a mi persona. Si no os habéis puesto ajo en el culo, probad de nuevo esta sensación de estar empalado, es como un frescor que no ensucia, ahí también lo llevo por si los malos espíritus tienen esas sucias tendencias. La última vez vino con un sofoco, tocó sabiendo que la oteaba por la mirilla, quizás sintió su desplazamiento, o pudo ver acercándose mi ojo, pues tiene otra dimensión para captar ondas que se escapan a la percepción humana. Siempre ha vivido sola, medio encantada. Algunas veces el cruzarla por la escalera era tener malas sensaciones el resto del día, con su mirada de orden oculto, diciéndome con los ojos que le diese ramitas de perejil para no sé que sortilegios.

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