HOJAS TRANSPARENTES.


Pues como la cosa está muy mal a día de hoy decidimos comprar en valores por lo que pueda pasar.Peruca nos dijo ayer que ellos llevaban tiempo invirtiendo en tangible, el dinero no vale nada. Lo más abundante este año es el fréjol, así que llenaron el arcón con doscientos kilos que compraron en la Carama, a un aldeano que tiene una huerta en las rebladeras del embalse de Anido. Paula la del Chico compró una ternera en las praderas de Alfanes, y la mató y la descuartizó y fue para el arcón forrada de sábana vieja. Mi Trinita compró veinte melones en una granelera tapada con hoja de maíz que estaba en el borde de la carretera viniendo de León, y llenamos el arcón, y en lo que quedaba metimos ocho cajas de langostinos de los que bailan el tango. Le dije a Trinita lo del colchón, de tanto tiempo apareados tiene dos valles, de tanta noche y tanta mañana juntos, dos huecos y en el medio un pico. Debiéramos invertir en bienes, le dije, sí, le dije; y tomamos la decisión, un viscolastic de los grandes de una pieza, no de separados como el de ahora. El dinero no vale, sólo para lo que tengas que comprar de a diario, el azafrán comprarlo por kilos, es un bien imperecedero, luego juegas con productos en el vecindario, siempre hay tiempo. A mi me mata tanta indecisión. Lo que hoy vale mañana no vale. Limpios a la calle aún salimos, pero me da que si no tienes previsión se pasará muy mal. Latas de conserva y eso, eso es tangible. En el trastero sacrificamos hueco a las plantitas y metimos enlatados, de todo, de cocidos, y sobre todo albóndigas, incluso en frío se comen. Hay un aromillo allí, y mucha luz pálida. Da gusto ver las hojas transparentes.


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