ESPERA.
No has de morir sin un último
recuerdo.
Sin rastro de mi vida, nada para
guiarme, en un ficticio retorno.
Perdida la costumbre de abrazarme a ti
por la espalda,
en todos los tiempos en que cansado y
sólo
de cualquier regreso, en que por
costumbre,
buscaba tu silueta.
Las piernas son para eso, te acercas,
las manos en el contorno de ti,
y los ojos casi cerrados para soñar
que percibo el calor que me daba tu
compañía.
Abierta la puerta para alejarme
retornar a la ausencia, al
conocimiento,
como antes de un fusilamiento la última
brisa sobre tu cara.
Ayer no estabas, sólo la luz del día,
la sombra del día con su luz, otra
luz.
Caminar y recordar, pasos con su
lentitud,
el olor que desprenden las cosas,
y luego, por unos instantes,
sentarme a esperar,
por si volvieras.
Comentarios
Felices Reyes, Kenit.
Pometa