AZAR





Existe la creencia popular de que todos los hechos que nos suceden ocurren por una secuencia continuada y suave de acontecimientos temporales. Salvo los accidentes o incidentes que obedecen a la quimera del destino, y son repentinos como una losa de piedra que nos cae encima sometida a la gravedad.

-Mi teoría indica que no es cierto.

Por supuesto, no intentaré imponer mi nueva elucubración filosófica. Soy un simple mortal que acaba de entrar en una sidrería acompañado de unos amigos con estos pensamientos sublimes en la cabeza. Pero como sigo pensando, mientras percibo el agradable olor del serrín de pino, y la humedad de los restos de sidra escanciada encharcada sobre el suelo.

Considero que el modelo científico del Big Bang no es una casualidad. No se puso en marcha por si solo. Hubo un instante o miles de millones de instantes infinitesimales significativamente coincidentes en esa singularidad paradójica.

Esto se puede extrapolar a cualquier suceso. La teoría matemática del caos aplicada a sistemas complejos llenos de dinamismo. Los fractales de Mandelbrot que llevan las expresiones matemáticas de lo aleatorio a la hermosura de las formas y los colores como única consecuencia final.

La propia economía globalizada, organizada a nivel planetario. Llena de consecuencias y de factores no controlables, que por un simple efecto mariposa, en un punto exacto, y momento exacto; comienzan a desencadenar nuestros males miserables.

Aplicar la ciencia estadística en sí, es evaluar términos medios. Obtener experiencias de infinitos parámetros que, en sí mismos, son principio y fin de algo que no está identificado.

La estadística nunca nos podrá medir los instantes precisos en que se desencadena un efecto. Solo ayuda en algunos casos a predecir la causa.

-Sí.

Pues así estoy pensado. Mientras veo a mis compañeros riéndose a carcajadas, frente a mí, sintiendo este pequeño bullicio de entrada y salida de gente; los anaqueles repletos de bebidas, en el techo colgados jamones, y viandas muy apetecibles, la televisión al fondo con un emocionante partido de futbol.

Cuando de repente tengo la sensación de que soy invisible. Presiento que nadie me percibe. Con un poder sobrenatural absoluto para comprobar y vislumbrar la progresión vital de mis amigos. Para percibir, como en este mismo instante -en que la miro a Ella a los ojos- su código genético fue mutado. Modificado por energías inexplicables. Y como en este preciso estado es identificado por un punto coordenado en el tiempo y el espacio. -

-Ese preciso instante, fijado y exacto, podría solo ser predecido por la consecuencia del azar.

- Nunca se podrá saber.

Consecuencia exacta de millones de variables- Una sola de ellas ha llamado a la muerte, que veo detrás de esos ojos tan hermosos, que amo a escondidas, y que desearía para mí y para siempre.

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