ENCUENTRO.

 





De qué triste encuentro volví.
De verme a mi mismo
en el otro que me hablaba,
con aquellos ojos que me miraban. Preguntándome.
Amigo de siempre, de tardes que no tenían fin. Hablándonos de nuestras cosas,
y de increibles entelequias.

Pero me dijo que pensaba que ya había llegado,
con ciertos días de tolerancia. Más o menos.
A donde le habían dispuesto en el camino.

Yo me volví con cierta tristeza porque no supe
qué decirle.
Ante la muerte todo lo que digas es un chance. Ninguna broma con eso.
Se te vienen a la cabeza cosas que podrían ser bellas filosofías,
pero te las callas.

Al volverme pensaba. No en lo absoluto. No en lo trágico.
Pensaba. Con cierta desazón.
Si mirabas al cielo el gris estaba dimensionado en altura.
En las colinas que había a poniente
aquello se apagaba.

No pude hacer otra cosa. Sabes.
A veces me escucho en voz alta.
Volver a mi casa y esperar todos esos días.
Los que quedan.
Por si en uno de ellos sale una noticia que sea
con algo de esperanza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CANCIÓN SIN MÚSICA.

TOCAYO.

POR UNOS INSTANTES EN MIS SUEÑOS.