ALGUNAS.

 




De las cosas que me vienen a la cabeza, algunas,
para que decirlas. Ayer, sin venir a cuento,
vinieron unas cuantas cosas que me angustiaron, algunas,
parecían tan reales
que ni pude cambiarlas de sitio.

Pretendo, yo, seguir levantándome con dignidad, sin promesas,
que no pueda cumplir. Con relativa calma, intentar darme un tiempo de paz.
Sin «ansirame» con la espera de algo. Aquí sentado.
Por si por el camino llega la noticia.
Y la presiento antes para, por mi cuenta, suponer.

De todos los que conozco sé que va caminando un conflicto.
Mira sus ojos cuando la luz es buena para verlos. No son profundos.
No ves allí el agua del mar y sus tormentas. A veces húmedos los ojos.
Como si no acertaran a llorar, por si dieran pena.

De las cosas que me vienen a la cabeza, algunas,
tienen una solución perra, por eso no dejan de venir.
Con el mismo nombre.
Como en el cuento.
Es como si hubieras comido un veneno
y el que toca a tu puerta
sabes
que podría ser la muerte.

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