PEYRONE

PEYRONIE. ************* La historia que os voy a contar no debe ser tomada a la ligera por nadie. Sé que en la vida hay de todo, y a menudo me pregunto cómo se interpretan los relatos que comparto por aquí, debido a la falta de otro lugar para hacerlo. Quiero que este relato en particular sea considerado, si es posible, como una observación científica, debido a la información y la ayuda que podría proporcionar, o recibir, ya que seguramente habrá casos similares. Estoy felizmente casado con mi esposa Aquilina desde 1989. Yo le llevo tres años y ahora tengo 63 años mientras que ella tiene 60. Como pueden ver, llevamos muchos años juntos. Aquilina no es una mujer que disfrute del sexo, tiene fuertes convicciones religiosas que quizás hayan coartado su imaginación y reprimido sus deseos, considerándolos como algo lascivo y pecaminoso. No entraré en detalles psicológicos, ya que no es relevante. Desde los 56 años empecé a notar en mi órgano genital los primeros síntomas de la enfermedad llamada Peyronie, de la cual fui informado tres años después por un urólogo al que consulté en privado . Me di cuenta de esto en un Jueves Santo, cuando estaba excitado y erecto, pero no pude orinar directamente en el inodoro, lo cual resultó en un arco parabólico de pis que cayó sobre la cisterna. En ese momento comencé a cuestionarme qué estaba pasando mientras miraba una y otra vez mi miembro que cada vez parecía curvarse más. Inmediatamente busqué en internet y fue entonces cuando descubrí aquella fatídica palabra: el síndrome de Peyronie. Lo curioso, y por eso escribo este relato con un enfoque científico, es que noté que en las ocasiones esporádicas en las que teníamos relaciones sexuales, Aquilina mostraba un nivel de excitación que nunca había visto antes. Comencé a notar dificultades para penetrarla debido a la curvatura hacia arriba de mi pene, como si fuera un pequeño arpón. Una vez dentro, al moverme suavemente, Aquilina ya no permanecía indiferente; después de unos segundos, comenzaba a gemir, y su excitación aumentaba a medida que aumentaba mi paciente ritmo. Quiero aclarar que lo más explícito que había leído en los años 90 fue el famoso tratado de "Masters y Johnson". Mis conocimientos sobre el tema estaban llenos de oscurantismo y represión debido también a nuestra fuerte carga religiosa familiar. Con el tiempo, descubrí que mi tía Anastasia quedó embarazada de Paulinito mientras posaba sobre sus ingles una estampita de la Virgen de la Regla durante el acto íntimo con su esposo, un fornido ganadero de la comarca de Aristébano que la investía al más puro estilo animal salvajemente, allí donde la cogiese. Volviendo al tema, sondee de nuevo en internet en busca de información que aclarara mis dudas. A medida que la excitación de Aquilina aumentaba y los orgasmos se volvieron totalmente habituales, incluso experimentando dos o tres en el mismo acto, llegando a veces a orinarse de tanta relajación e excitación como sentía. No encontré una explicación científica definitiva. Vi en internet que esto podría deberse a la posición del punto G de Aquilina, tal vez en una ubicación poco común en la parte superior de su cavidad vaginal. No lo sé. También consideré que la curvatura acentuada de mi pene podría estar estimulando esta zona, a la que antes no llegaba, repetidamente. Debo decir que en momentos en los que el Ogino despierta el deseo en Aquilina, ella me busca insistentemente en cualquier lugar que esté , y en el momento de la penetración se vuelve apasionada, comiéndome a bocados, con movimientos pélvicos instintivos y vigorosos cuando llega al clímax. Bien. No me extiendo más. Creo que en lineas generales el problema queda de sobra explicado ya que sois de buenas entendederas. Para resumir, estoy dejando esta explicación aquí por si alguien puede brindar más información sobre el tema. Debo mencionar que la curvatura durante una excitación completa puede ser un tanto preocupante al mirarla. Mis problemas para orinar aumentaron proporcionalmente. - ¿Qué opinan? ¿Debería someterme a la sencilla operación que sugiere el urologo ?, o seguir proporcionando placer a Aquilina, a quien cada vez mas las catequesis del Padre Anacleto le importan un bledo? Espero sus respuestas, por aquí, o en privado. Gracias a todos.

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