HOJAS.
Merece la pena que te despiertes otra vez,
al tierno y luminoso gris.
Otra vez poder verte arrastrando las hojas del otoño,
acercándote leve, moviendo el aire que respiraré.
He de decirte que el significado es que nada sobra,
entre nosotros todo un mundo con sus figuras y sus formas.
Imprescindible cualquier pliegue diminuto,
el rastro más indiferente,
la vida más trágica.
Si vuelves a mover las hojas envejecidas,
sabré que puedo hablarme a mi mismo,
repetir lo que he de decirte,
cuando tus ojos se posen sobre mi,
a dos dedos de distancia,
y tu mano me apriete de esa forma,
en que vuelvo a reconocerme a mi mismo,
cuando te digo que te quiero.
Comentarios
La calma hoy parece de otro tiempo.