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FÍSICA Y COSMOS.

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                 Mis reflexiones y teoremas poéticos sobre la Física, el Cosmos y la Existencia. I. El aliento del cosmos. En el principio, no hubo palabra ni fuego, solo simetría perfecta, un murmullo inerte de posibilidad. Pero bastó una chispa, un susurro de energía, para que el caos abriera los ojos y comenzara el relato de la materia. II. La entropía danza. Todo lo que nace es ya un acto de rebelión contra el frío abrazo del equilibrio final. Porque vivir es mantener encendida una llama que se consume mientras lucha contra el manto del silencio. Y cada célula que vive, cada corazón que late, es un dique contra el olvido que acecha en la quietud. III. El caos es hermoso. No es enemigo, no es ruina: es la condición del cambio, el poema que se escribe sin plan ni medida. La vida se nutre de él, como el río de su cauce roto, como el amante del temblor de una mano inquieta. IV. La muerte no duele. La muerte… no es castig...

LA TERAPIA.

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  El Centro, en su segunda planta, se alza como un pequeño laberinto de pasillos, de puertas cerradas, y ecos huecos al caminar sobre los azulejos con olor a lejía, un lugar donde el aire olía a edificio viejo, dándome aquella sensación, cuando lo visitaba, de una frustración lleno de futuros inciertos. Allí me enseñaron, como ellos decían, a domesticar la madera, pero mis manos, torpes aprendices, solo extraían astillas de una superficie fría y obstinada. La madera permanecía indiferente, como un secreto que se negaba a revelarse bajo mis dedos. Luego vino la hojalata, láminas escurridizas que se doblaban con un quejido metálico, y el cableado fino y maleable de hierro, hebras tenues que ofrecían la promesa de una estructura, aunque fuera frágil. Con el plomo pesado, intenté crear diminutos ventanales policromados de colores irreales, una belleza que parecía florecer a pesar de mi carga, como una flor extraña en un terreno baldío. A veces me llamaban de nuevo, para escarbar en m...

GUSANO DE ARENA.

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  La Tristeza de la Malicia: Del Arte al Engaño Industrial Hubo un tiempo, a finales del siglo XX, en que la malicia informática tenía un aura casi artesanal. Los primeros virus y gusanos eran obras de ingenieros oscuros, de mentes que conjugaban genialidad y perversión con partes iguales. Aquellos códigos maliciosos eran compactos, precisos, como relojes suizos programados para esparcirse en los sistemas con una mezcla de asombro técnico y estupefacción. Se podría decir que había una suerte de estética implícita en esos primeros programas de infección: no era solamente la destrucción lo que buscaban, sino también el reto, el desafío creativo, la prueba de ingenio. El virus no se disfrazaba: más bien bailaba en la maquinaria, retándola. Hoy, sin embargo, el panorama ha cambiado. La malicia ya no es un arte; es una industria. Los modernos ataques no son obras de relojería sino piezas de serie: código masivo, rápido, desechable. No importa que el exploit sea elegante o hermoso. I...

EL APAGÓN, PIXA.

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  ⚡ Diez Mandamientos para No Apagar el País ⚡ 1*No abrirás correos sospechosos.  Aunque vengan de "Mensajería Exprés" o "Facturas Urgentes". Verifica siempre el remitente antes de abrir o descargar cualquier archivo. 2*No introducirás USBs desconocidos. Si encuentras un USB en la calle, en el parking o te regalan uno en un evento, ¡nunca lo conectes al equipo de trabajo! 3*No descargarás software fuera de los canales oficiales. Ni extensiones "útiles", ni fondos de pantalla, ni actualizaciones de dudosa procedencia. 4*Actualizarás religiosamente tu sistema y antivirus. No pospongas parches de seguridad. Cada segundo que pasa con vulnerabilidades abiertas es una puerta que alguien puede cruzar. 5* Cambiarás contraseñas por frases robustas.  Olvida "123456" o "password". Usa frases largas, con mayúsculas, números y símbolos. Y no reutilices claves entre servicios. 6*Revisarás los permisos antes de dar acceso a aplicaciones. No aceptes ...

ODA AL SOCKET.

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  (1) Oda al Socket... Oh, pequeño puerto, cavador de destinos, quien en el abismo del protocolo vive, ¿qué voces ocultas nacen en tus hilos, tejiendo conexiones que el alma persigue? Tu abrazo es de acero, envuelto en ciclos, tu alma, un handshake eterno de promesas, sin rostro, sin cuerpo, solo 1s y 0s, transportando ecos de antiguas fortunas. A ti, socket, te invoco en este instante, un SYN que muere y resucita en cada instante. Y tú, tan paciente, esperas el ACK , como un amante que sabe que todo es un juego de latidos. En tus entrañas danzan los paquetes perdidos, la verdad se disuelve en tu frágil delirio, y en tu red de hilos, secretos de la red, navega mi alma, buscando un destino incierto. ¡Oh socket, oh puerto, conductor del caos! Tu puerta nunca cierra, nunca se cansa, y aunque el sistema te mate y se olvide de ti, tú, siempre, volverás a renacer del error. (2) Última Brizna Cuando el último bit resbale entre tus dedos, cuando el pulso de tu sangre...

INDAGACIÓN.

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  Estaba la estética, la armonía, dando sentido a cualquier brizna diminuta, incluso a aquellas violentamente arrancadas al horadar, arrastrar, alisar, pulir, pinchar, descuartizar, cortar, aplastar, machacar... Cada hoja amarillenta que caía de las ramas lo hacía cumpliendo un designio. De cualquier forma que pusieras las manos para hacer fuerza, lo que quedaba en el suelo seguía siendo parte de la armonía. Estuve años así, pensando que lo único verdaderamente anárquico era el comportamiento humano. Por las mañanas, sin nada que hacer, deambulaba a veces imaginando que un día, a la naturaleza, se le rompería una de sus ataduras: aquella que la ungía con el don de poder retroceder sobre sí misma y reiniciar eternamente el juego de lo que nace y muere sin descanso. Muchas veces me pregunté si, en realidad, tengo algo que ver contigo. Yo, no otro. Yo, lleno de manías cuando bebo agua, debajo de un agitado abanico de hojas, en un banco público. Contigo, si me observas; contigo, si no ...

LA MOSCA.

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  Allí estaba yo con aquel protocolo rutinario, con mis cuatro moscones Lucilia, grandísimos, de costado verde oscuro y brillante, metidos en una caja de plástico de "Ferreros Rocher", sobre el anaquel, a mano, junto al jabón Lagarto. La Marcela, llena de sospechas, piensa que les meteré aguijón de cebada tempranera por el culo, atravesando su parte abdominal para volarlas. Pero ella no sabe que tengo otras intenciones. Ahora, aquí, en la bañera, ya me la sujeta bien tiesa el dios Príapo. Casi no la abarco por el tronco, cogida con la mano entre el pulgar y el dedo medio. Bien sabe ella que lleno rajas de receba, chotos de gibosa, y reviento almejas lampiñadas, y mejillones impúberes, cuando me da la gana. Cuando quiero. Que no la tengo grandiosa a lo largo, lo mío es a lo ancho. Les da miedo de sentirla, en baqueta de vacío, hasta sorberles las bolas de los ojos si hace falta, a la que se me espatarre al culeo. Sí. Aquí, entre esta agua calentita y el pestillo de corredera ...

ELEGÍA DEL BIT ERRANTE.

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  "Elegía al Bit Errante" Dicen que son virus, demonios digitales, trozos de código con sed de anarquía, pero yo los veo como versos marginales escritos por almas rotas en la noche fría. No son más que ideas con patas de gusano, algoritmos huérfanos que no hallaron hogar, y buscan en la RAM un gesto humano, un espacio, una lógica que los quiera albergar. Son los poetas malditos del silicio ardiente, bailarines rotos en redes sin compás, engendros del miedo, sí, pero también valientes, que en el caos encuentran su propio jamás. Un virus no nace: se programa, se sueña, se inyecta en la vena del sistema opresor. A veces se esconde, otras veces enseña el precio de olvidar que también hay dolor en los chips que rugen sin saber de amor. ¿Y si no viniera a romper, sino a hablar? ¿Y si su mensaje no fuera infectar, sino despertar al durmiente digital de un mundo que corre, pero no quiere pensar?