ME HABÍA DADO TIEMPO A CORRER.
...de aquel modo en que me había sentado sobre una piedra sobrenatural tallada por Dios de esa forma para que se sentasen los niños que no querían ir a la escuela mis botas que ya llegaban hasta el suelo la maletita de madera con una flor blanca dibujada en la tapa mis codos sobre mis rodillas mi cara sobre mis manos que estaban sobre mis codos observando ensimismado el suelo escondido detrás de las mimosas dulzonas una hormiga que venía de no sé donde haciendo curvas sobre la rugosa lastra del suelo con una carga en la boca parte de una pata de cigarra quizás o un moscón o un saltamontes y que llegó al borde de mi bota como a un abismo yo mientras tanto dudando levantando mi pie y poniéndoselo encima de aquella forma en que me imaginaba su muerte luego de un instante no sé cuántos segundos la hormiguita que mágicamente asomaba debajo del talón de mi bota con su carga quizás un trozo de ala de libélula apresada sobre su boca... ...y seguía viva, era un juego... ...todo un pensam