LA NARANJA.

Antes de separarse la luz de la oscuridad. Ya existía la respiración. Antes de juntase las aguas por debajo del cielo. Ya existía la angustia. Antes de que el amor y el odio se propagasen. Ya te esperaba para apretarte contra mi. Estaba sentado pelando una naranja con un plato en mi regazo viendo como pasaba la gente por la calle, los trocitos de piel dentro del plato, y aquel olor a naranja que podía oler tan intensamente y que salía de mi plato. Había una libélula medio inconsciente con cuerpo de mujer y le hablé, la sacudí, le grité, la pellizqué suavemente, comprobé si su pecho subía y bajaba, puse mi cara sobre su boca para sentir el aire de su boca sobre mi mejilla, no tenía signos de vida, así que la puse lateralmente aplastando sus alitas derechas y abrí su boquita por si tenía restos vegetales o algún insecto de agua muerta de pantano, le tuve que extender el cuello, y elevarlo lentamente, sus ojos de mujer libélula permanecían cerrados, y así, cas...