DIÓGENES Y LAS COSAS DE NADA
Ignoro cuanto tiempo pasaré aquí, y si este lugar es el adecuado para mí. Tengo muchas dudas en mi cabeza, pero una vez dispuesto a quedarme deberé pensar cómo pasar el tiempo. Si se logra dormir por la noche cuando uno despierta, si hay luz que puedas mirar, te das cuenta de que en cierta forma has nacido otra vez, hasta que los pensamientos reposan y percibes quién eres y el lugar que ocupas. Otras veces cuando despierto sobresaltado, puedo no saber lo que hago aquí; empiezo apartando todos los objetos que he traído ayer, y otros que ni tan siquiera reconozco. Al principio guardaban cierto orden, había, digamos, cierta racionalidad, no en lo que recogía, sino en su colocación en la primera habitación que llené. Describir ahora lo que hay aquí sería tan largo que no merece la pena. Imaginaros un basurero municipal y todos los detritus que allí se transportan; incluido el olor nauseabundo que desprenden y del que forman parte. En mi casa se puede encontrar de todo lo inimaginable, el p