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LÓGICA.

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  Se había hecho aquellos "apaños" en los labios, ahora ostentosamente abultados y pintados de rojo. A pesar de todo, no te creas que me atraía mucho su boca. En los tiempos muertos de los domingos, siempre estábamos con aquellos juegos. Ella se acercaba a mi y pretendía besarme, pero a mi no me apetecía mucho aquel extraño dulzor del pinta labios, incluso me pasaba ese desazón cuando yo tenía aquel deseo casi ansioso. De todas esas sensaciones no sé si podría seleccionar una para el recuerdo. Casi podría recordar el momento preciso en que habíamos dejado de amarnos, como si extrañamente no hubiese sido una degradación progresiva de los sentimientos mutuos. Pero de los momentos íntimos no guardaba nada especial en mi memoria. Cuando hacíamos aquellas extrañas ceremonia era porque quizás estábamos, como dije, con cierta ansiedad, digamos, muy inestables psicologicamente. Oyes, egoistamente le decía, espero que tengas el coño limpio. Los juegos empezaban así, con simples pregun

UZES

  San Prostónomo de Roque de Uzes, muy venerado en la localidad de Pedraza de los Infantes, por la zona de Segovia, debido a su bondad y desprendimiento. Es sacado en procesión los Viernes Santo, y durante la fiesta parroquial del 8 de Agosto. Durante estas festividades, se le lleva en una artesa de cuatro palmos de largo con una tapa de respaldo que cierra un agujero de 230 milímetros de diámetro. Este agujero conducía a la cuadra a través de un tubo cajonero, específicamente a la arpilla de los conejos, donde los conejos se revuelcan, follan, y juegan mientras las miasmas del rectum, llevadas por la gravedad, descienden sobre un montón maloliente de restos de nabos con patatas y panceta. Hubo muchos indicios de milagro, tanto que el Papa tuvo que claudicar en el caso del día 8 de Agosto de 1958, un viernes abrasador en la carretera general, donde el asfalto parecía un chorro de lava, a las cuatro y media de la tarde. Fue en ese momento que el Santo, después de dejar a una mula mader

OBJETO.

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  El hecho fue que subía el cabrero Damián Hueso, llevando el rebaño por las Riscadas, debajo de la loma del Vallical cuando vio el objeto, según nos dijo, resguardado entre unos matorrales de carrascal y coscoja, y antes del bulto, muchos rebrotes de tomillos y espliegos, que lo hacían pasar desapercibido. El bulto era un paralelepípedo de formas perfectas y muy hermético, del que se había desprendido la pieza que adjunto fotografiada, adosada, por la forma irregular que faltaba en uno de los lados del paralelepípedo. Damián guardó su secreto hasta el final. Dejando a las cabras sueltas, arriesgándose a alimañas, bajó a avisar a la pareja, y la pareja vino a mí que llevo veinte años siendo relojero en este pueblo llamado Torrijas del Infantado, por la zona de Calomarde, por Teruel. Con la pareja también subió Genario Puertos, el boticario ocasional de la Royuela, que también visita nuestro pueblo dos días a la semana y aquel día coincidió. Subimos con buen paso por un sendero que Dami

PEYRONE

PEYRONIE. ************* La historia que os voy a contar no debe ser tomada a la ligera por nadie. Sé que en la vida hay de todo, y a menudo me pregunto cómo se interpretan los relatos que comparto por aquí, debido a la falta de otro lugar para hacerlo. Quiero que este relato en particular sea considerado, si es posible, como una observación científica, debido a la información y la ayuda que podría proporcionar, o recibir, ya que seguramente habrá casos similares. Estoy felizmente casado con mi esposa Aquilina desde 1989. Yo le llevo tres años y ahora tengo 63 años mientras que ella tiene 60. Como pueden ver, llevamos muchos años juntos. Aquilina no es una mujer que disfrute del sexo, tiene fuertes convicciones religiosas que quizás hayan coartado su imaginación y reprimido sus deseos, considerándolos como algo lascivo y pecaminoso. No entraré en detalles psicológicos, ya que no es relevante. Desde los 56 años empecé a notar en mi órgano genital los primeros síntomas de la enfermedad ll

DIMENSIÓN.

  Cuando entras en esa nueva dimensión desconocida, tu mundo se llena de recuerdos, cargados de una extraña singularidad, como si el horizonte no tuviese fin. Puedo decirte que no hay ninguna referencia de qué lugar ocupas. Los modelos matemáticos que miden nuestras miserias en este mundo físico no tienen ninguna relación con esta forma de tu nueva e infinita existencia. -Vuelvo a este lugar como si fuera una onomástica, cabalgando sobre un recuerdo. Cinco años antes, había llegado a la puerta. Aún la recuerdo, con sus dos hojas que se abrían a la mitad. La de abajo debía permanecer casi siempre cerrada, mientras que la de arriba se mantenía abierta para la ventilación. Llegar hasta allí fue relativamente fácil en el sentido de que solo había que caminar dando dos vueltas en zigzag para luego llegar a un tramo recto que te llevaba a la casa. Las vías del tren pasaban por la parte posterior y cada veinte minutos aproximadamente las recorría un tren de mercancías o de pasajeros, siempr

EL EYACULADOR.

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  Siempre le decía: "Necesito rozarme contra algo suave y lo más suave que tengo cerca eres tú." No pienses por lo más mínimo que quiero eyacular, porque hace tiempo que no eyaculo. Después de decírselo, notaba que a ella no le gustaba lo que le decía como diálogo para comunicarnos. A veces tenía suerte o le daba pena, se levantaba la falda, se bajaba las bragas y se sujetaba con las manos a la meseta de mármol de la cocina, poniéndome su espalda y su culo desnudos, entonces yo la rozaba con mi miembro casi flácido una y otra vez. "Qué paciencia tenía ella", pensaba para mí. Eyacular, nunca eyaculaba. Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que eyaculé ni siquiera unas leves gotitas, y además ahora está ese olor fuerte a algas marinas, como solo lo sueltan las pollas de los viejos. Entiendo que a ella le repugnase, lo entiendo. Por eso yo admiraba su fortaleza, su sacrificio, por mantener en pie el Sagrado Vínculo del Matrimonio. Cuando ocurrían estos sucesos en lo

TOCAYO.

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  Ahora sé, en estos tiempos modernos, que hay alguien que se llama como yo: Desiderio Artiaz Pérez, natural de Bembibre León, que vive en algún tercer piso a la derecha. La calle no importa. Por lo que puedo inferir, este individuo aún no ha fallecido y aparentemente se dedica a labores relacionadas con el campo, siendo en general, por un suponer, una buena persona. Tampoco me preocupa otro Desiderio Artiaz Pérez, natural de La Grajuela, que vive en una casa de planta baja en la calle Oronal de dicho pueblo. Según deduzco, tiene una pequeña herrería y fragua, donde se dedica a la fabricación de navajas de todo tipo, como tranchetes, lenguas de vaca, sevillanas, jerezanas y otras que son de su propia invención y no se encuentran en refraneros ni sucesos. Este Artiaz tampoco me parece alguien de mal augurio. El que sí merece ser llamado un desgraciado hijo de puta, es este Desiderio Artiaz Pérez que aparece aquí, dos páginas después de lo que Google muestra como resultado principal, com

PIEDRA.

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  Habíamos arrimado la piedra elegida, muy plana, que tenía forma de triángulo. Una de las esquinas era angosta, las otras de forma redonda y suave. Pesaba muchísimo sobre nuestros seis brazos que la erguían a duras penas. De niños jugábamos a ver que pasaba. El futuro era el próximo segundo, que debería existir de forma somera e intangible. Las dudas se resolvían al instante, como si el tiempo tuviera esa linealidad infinita, y en realidad no existiera. En el monte, desde aquella atalaya, las suaves colinas no tenían final. Desde aquella altura, sobre el fondo del valle se veía el camino como una serpiente que se acercaba al abismo, lleno de colores, manchas adornadas sobre el rosado y el magenta, el blanco del brezo, o los xestales amarillos que lo cubrían todo con una hermosa anarquía. Jugábamos contra la luz para ver el secreto de sus colores, y sentir el sonido del agua, tan salvaje, deshaciéndose en espuma desde la altura de los peñascos del Xistral. La gran piedra era la cau