CAERTE MUERTO.
Entre cada estío hay un periodo de enorme exhuberancia. El duelo de la tierra deja paso a rastros de espesos colores, y la vida alberga sublimes instantes antes de desaparecer llena de dolor. Sabes. Aunque estés clínicamente muerto sobre el vapor que suelta tu boca en un espejo se podría pintar un corazón. Y tengo que decirte que, cada cierto tiempo, en todo lo que toco pacientemente con la mano elevada en un gesto de caricia siento que mi deseo sigue intacto. Que me huelo a mi mismo y no me ofende, como si presagiase dentro de mí el estiércol como una solución final. No debes temer cuando surjas del estío en una nueva vida: perecerás de nuevo, resurgirás de nuevo. Fluir sin ninguna ley es el enigma de la teoría del caos. De dos sucesos antagónicos uno será sacrificado, y no tiene por qué prevalecer el más fuerte. Los designios dentro de una vorágine no existen. A ciencia cierta no sé cuantos hombres en este instante se han doblado, golpeados po