BABOSAS.

Dame goce. Ábrete. Déjame poner la boca ahí. De alguna forma dejamos un rastro inacabado, por nuestra ansia de proseguir.. Desde un libro de aventuras me vino un sueño solitario y animal. Hincamela de rodillas, nadie acecha. Tus ojos de loco en el último impulso. Hay un lugar donde escrutan miles de gusanos, no te quedes quieto. Me dice la abuela Nora: vete por la pita parda al gallinero hoy hacemos caldo para el abuelo. Cuando bajas al gallinero por noviembre todo lo encuentras lleno de babosas y caracoles, es como si subieran del cementerio, trepan por las piedras y brilla su camino. En el gallinero hay doce pitas y dos gallos, el kiriko es pequeño pero chulo, camina así, altivo, y ojea malo. La parda tiene el culo pelado y se le ve la natura como si fuera un mal beso -con boca cerrada-, de un enemigo. A mi me da pena matar las pitas al estilo onda, cogerlas por la cabeza y darles vueltas, yo a las pitas no las mato así, me da canguela, s...