Yo no miro el cielo con pretensiones, lo miro por desesperación. - con angustia-. Así y todo, procuro no ser vertical en mi mirada para no molestar a Dios, qué sin duda está allí arriba. Cuando rezo pido por mi amor, no por los pecadores, a los pecadores que les den mucho por el culo, son unos reincidentes pecadores, a mi amor sólo quiero darle yo por ese sitio, y llamarle guarra, cuando encuentre la mierda que todos llevamos dentro, en nuestra alma. Yo sé que los santos están ahí, con sus barbas. la Virgen María, aún virgen, y Santo Tomás de Aquino. Al único que rezo, con veneración, es a San Francisco de Asís que cuida de mi gato. Pero a ti, mi amor, que no te toque nadie, que lo rajo, me cago en su puta madre, lo rajo, has nacido para ser mía. A veces pienso, mi amor, que guisas la mejor carne del mundo, con guisantes, pero no te engañes, no me la des, o hago con mi navaja trapera, caligrafía sobre tú vientre, y rezo un padre nuestro sentado sobre tu