Entradas

OTRA VEZ.

Imagen
Allí donde el poeta estuvo dando vueltas tan angustiado, alrededor de su escondite. Escrutando desde su colina. Buscando desde donde hasta donde acababa el mar. Quiero jugar contigo otra vez. Ven, dame tú alma bella, otra vez. Ven, acompáñame, Quédate conmigo, por favor, Otra vez.

ÁRBOL MEDIO MUERTO.

Imagen
Se habían abrazado ya antes tres veces o cuatro veces, era un rito abrazarse, en realidad se abrazaban con cierta ceremonia predeterminada, no había ninguna sensación dérmica en este hecho, se abrazaban tres o cuatro veces, se tocaban las sienes, incluso, un leve roce de labios, todo se desarrollaba como un hecho protocolario. Podía ser en cualquier lugar, una avenida o una calle secundaria que va a una avenida, con gente que pasaba a su lado en cualquier dirección. Cuando se abrazaban siempre había un banco vacío, un muñón escuálido de árbol y un cielo indeterminado que nadie apreciaba desde aquel lugar. Todos los días en el mismo sitio o un poco más arriba, o un poco más hacia un lado, o un poco más abajo, o en la otra acera que era semejante, sólo con los bancos en sentido contrario, se abrazaban, tres o cuatro veces, luego hablaban, ella me dijo, yo le dije, ya se lo decía yo, no me hizo caso, le está muy bien, va de lista, se pensaba que lo tenía amarrado. Muchas veces una de el

21.900 DIAS.

Imagen
No sé lo que vendrá, se dice: aún, pero en esta vida tuve profesiones muy diversas. Algunas veces por sueldos de mierda tuve que le limpiar la cuadra del diablo. -Belcebú paga mal y tarde, cuando paga-. No era agradable, tantas almas, tantos corchos de botellas; los olores, los restos del estómago saliendo hacia las alcantarillas. En aquella época me sentía guapo, musculoso, hacia posturas delante del espejo. Manoseaba los pliegues en mis hombros, torsos bañados por el sol. A estas horas, ha venido, ha vuelto la noche, el día, así repetido ventiun mil novecientas veces. Y estoy en la orilla de los desamparados buscando unos brazos que llevarme al cuello. Haciendo resumen de los besos desdeñados, de los desprecios dados al verdadero amor. Junto a mi, mi imagen encogida, jirones de piel, manchas en mis sienes, islas en mi boca temblorosa. Las comisuras con un rastro brillante de humedad. Ocurre, que he limpiado muchas veces la cuadra del diablo, y guardo los recuerdos, los más sonados,

LUEGO TOMAREMOS UN CAFÉ.

Imagen
Fuimos de la opinión de que si llovía teníamos que abrir el paraguas, hasta ahí de acuerdo, incluso, como caía mucho sol, el paraguas también abierto, totalmente de acuerdo, para pasarle el brazo, una posibilidad, el paraguas abierto.Me daba no sé que sus espaldas tan anchas, el culo igual, también muy ancho, las piernas tocándose entre si las rodillas, sentía de un lado su calor, avanzábamos posiblemente cogidos, aquello era ir cogidos, por algún motivo que ahora no recuerdo, con un paraguas abierto.Llegamos al succionador municipal de Santa Engracia, el que está al lado del estanco y una floristería llena de flores de camelias y gladiolos, siempre tiene flores así, siempre huele a fragancias y a tabaco el primer succionador de la calle Santa Engracia.Había cuatro delante y esperamos. Le dije, si llevas un euro suelto y me sujetas el paraguas te lo agradezco, yo tenía dos euros, sin preparación previa son tres euros, con preparación son seis, y le dije, hazme el favor, seamos prác

YA LO SABES.

Imagen
Yo no miro el cielo con pretensiones, lo miro por desesperación. - con angustia-. Así y todo, procuro no ser vertical en mi mirada para no molestar a Dios, qué sin duda está allí arriba. Cuando rezo pido por mi amor, no por los pecadores, a los pecadores que les den mucho por el culo, son unos reincidentes pecadores, a mi amor sólo quiero darle yo por ese sitio, y llamarle guarra, cuando encuentre la mierda que todos llevamos dentro, en nuestra alma. Yo sé que los santos están ahí, con sus barbas. la Virgen María, aún virgen, y Santo Tomás de Aquino. Al único que rezo, con veneración, es a San Francisco de Asís que cuida de mi gato. Pero a ti, mi amor, que no te toque nadie, que lo rajo, me cago en su puta madre, lo rajo, has nacido para ser mía. A veces pienso, mi amor, que guisas la mejor carne del mundo, con guisantes, pero no te engañes, no me la des, o hago con mi navaja trapera, caligrafía sobre tú vientre, y rezo un padre nuestro sentado sobre tu

Y YA ESTÁ.

Imagen
Nunca nos habíamos abrazado hasta las últimas consecuencias. Abrazarse hasta las últimas consecuencias, no sé qué es eso, es abrazarse mucho, es abrazarse poco, en realidad no lo sé. Hacía unos días le había dicho que teníamos que abrazarnos, no sé cuántos días hace de esto, pero se lo dije, le dije tú heridita va ha cerrarse hace mucho que no te la abro, también le dije, mi leche se está adulterando. Yo soy mucho de decir las cosas de amor a lo claro: huevos, leche, rabo, coño, lo de la heridita es una salvedad demasiado romántica.Un domingo el cielo no se ponía de acuerdo, unas veces azul a poniente y con unas nubecitas en el medio de la cúpula, otras veces (o a las dos horas) un tono muy gris y claro en todo lo que abarcaba a mirar a través de un hueco que casi era una ventana, por donde miraba a la calle y al cielo con mis brazos apoyados y encogidos. Mismamente cuando decidí dar la vuelta cansado de ver el paisaje Ella estaba allí revisando sus nóminas del súper sentada sob

YA NO CIRCULABA EL AIRE.

Imagen
Yo había abierto un poco la ventana, y Ella había abierto otra ventana, cinco minutos después. Después de después, Ella vino a decirme que había corriente de aire, que aquello, que esto, que no podía circular la corriente entre las dos ventanas un poquito abiertas tan sólo. Bien. Ella cierra mi ventana, y yo le digo, oyes, por qué tienes que meterte en mi vida, acaso yo me meto en la tuya –a todo eso habrían pasado unos seis minutos de circular el aire a través, a través del espacio entre las dos ventanas, a través de nosotros que estábamos entre las dos ventanas-. Proseguimos discutiendo sobre nuestros espacios vitales asignados, y qué hacer con el aire. Bien. Habrían pasado unos diez minutos, discutiendo sin levantarnos la voz, eso sí. Y llegamos a un acuerdo consensuado. Determinamos que ella había abierto primero su ventana, porque tenía todos los derechos adquiridos para abrir su ventana, y como tal, también, de dejar circular el aire -los derechos sobre el aire no habían sido

AÚN PUEDES SEGUIR VIVIENDO.

Imagen
THERMOMIX Ayer me compré una Thermomix. Sentí un impulso extraño y tuve que salir a comprarme una Thermomix. Ya estaban a punto de cerrar las tiendas. Me había tomado mi ración de  Quetiapina. Llegué con mi Thermomix envuelta en papel de regalo. Me gusta comprarme cosas a mi mismo. Está atardeciendo de eso doy fe por el color del cielo, un rojo que fue apagando su belleza. No tenía fresas, ni manzanas, ni una triste naranja. Me dije, joder, para qué me compré una Thermomix. Ya estaba la noche ahí, tan profunda como un tunel. Por la ventana no había luz a pesar de una hora más de vida. Fue emocionante desenvolver la Thermomix. Le dije al de la tienda, tú me la envuelves en papel de regalo , me hacía ilusión. Y ahora era emocionante. Hice la ceremonia (era un protocolo). La coloqué en el salón de estar, sobre una pequeña mesita, al lado de un butacón. Sí, la dejé allí. Me hice el despistado, di varias vueltas por la casa, me duché, me afeité, cosas banales. Al entrar en el salón, despué

COMO MI SUEÑO.

Imagen
Teníamos una parra medio muerta, desecada, llena de sarmientos mal agostados, dos manzanos donceles, tres cerezos gordales y un sauce llorón muy desparramado, al fondo de la huerta había dos mimosas que lindaban con la carretera. Cuando llegaba la primavera aquello se ponía muy lleno de flores y olía a dulce, si no fuera por la cuadra de los cerdos que estaba al lado. Cuando se abría la cuadra de los cerdos todo aquello era irreal, olía a corrala de cerdo, y a conejos, que también había conejos que estaban todo el día jodiéndose unos a los otros. Cuando llegaba la noche en primavera aún está frío, pero tiene ese tono limpio que es púrpura y que si no hay luna sólo se ven estrellas y el borde de las montañas, lo otro es materia oscura y bombillitas como luciérnagas que parece parpadean, no es que parpadeen exactamente, es que al moverlas el viento, en la lejanía, te parece que se modifica el tenue de la luz, quiero decir que en la distancia la luz es discontinua. Eran otros tiempos, tod

ARROZ BLANCO.

Imagen
Ella cuando llegaba a casa siempre me preguntaba que había hecho con todas las horas.Siempre era lo mismo, me preguntaba eso, y lo revisaba todo. Todo eran las cosas que teníamos, no muchas cosas. También me olía, a su forma. Yo lo sabía. Cuando alguien te huele sin que te des cuenta. Habían pasado un grupo de gaviotas sobre las ventanas del bajo cubierta y habían bombardeado tres cagaditas que se quedaron desparramadas como lágrimas. En la terraza se habían abierto tres margaritas. Las manzanas que estaban en un balcón se habían curado aún más. Cuando hice la cama quedaron tres pliegues a eso de la mitad, si le trazabas una diagonal, esa era la mitad. Le dije que por la mañana había estado en el infierno. Le dije que había bajado unas escaleras de caracol. Le dije que el abismo que veía era inabarcable, quiero decir que no se veía el fondo según bajaba, y quiero decir que cuando llegué al fondo no había nadie, aunque sentía voces

CANCIÓN SIN MÚSICA.

Imagen
No quiero tú asqueroso cuerpo, deseo tú alma. Se la he ofrecido al mismo Belcebú. Te lo dije, si abres las puertas del cielo hay una escalinata, cientos de vírgenes haciéndose dedos. La Sagrada Concepción chupándosela al cuerno de la luna. -Cristo lleva una mochila de explosivos- Te lo dije, deseo tú alma. Se la he ofrecido al mismo Belcebú. Ya no escaparás de mí, ya nunca más, en mi está tú fin. No quiero tú asqueroso cuerpo, dame tú alma. Se la he ofrecido al mismo Belcebú. Ya no hay más poemas de amor escritos en la tapa de un libro. Ya no habrá más amor, ni más sexo insatisfecho. He ofrecido tú alma al mismo Belcebú. Allí, donde mora el rey de las tinieblas se hizo el espacio. Allí, donde el rey de las tinieblas se abanica se hizo el tiempo. Allí, donde el rey de las tinieblas reposa se inventó tú muerte. No des más caricias, prepárate. He ofrecido tú alma al mismo Belcebú. Será tú cuerpo envejecido en una grieta, en los instantes de un hueco inexistente, en el filo de un cuchillo,

SOPALISTA.

Imagen
Estaba hasta los cojones de: El Caldo de Pollo, El Caldo de Pescado, El Caldo de Carne, El Caldo de Cocido, El Caldo de Escudilla, El Caldo de Jamón Ibérico, El Caldo de Verduras, El Caldo de Pollo bajo en sal, El Caldo Suave. Y se lo dije: Mira, Zulema, te voy a dar una hostia y luego te voy a partir el coño a pollazos. En el garaje me dicen que huelo a pluma. La taza humeaba hacía la lámpara de neón, había una arañita haciendo sus cosas, y tres mosquitos esperando a que nos durmiéramos. La tele estaba en la esquina hablando de Fukushima, - de japos con dos cabezas- y que el Zorro del Desierto había vuelto sobre las arenas de Libia, y no había amor. Solo caldo de gallina. A mi lo de la violencia de género no me gusta, no es el método. Mejor matarlas follando –tiene atenuantes si no eres muy hijo de puta-. Pero Zulema me quería tanto que siempre me daba caliente. A la gallina blanca le echan excitantes y conservantes que empiezan por E. Y me ponía lelo. Aquella noche sentí un fulgo