RASTROS.
Fuera de mi rastro para la vuelta, he de recordar. Todo lo que significa la supervivencia, la lucha que mina mi entendimiento. Sobre mi van tres, con sus formas de interpretar atardeceres, y otro que me dice que sea un asesino, otro aplicado en ser práctico. Me he dado la vuelta hacía detrás de mi. Perseguido aún por alguien que se esconde en mi misma dirección de marcha. ¿Cuántos personajes para poder ser yo, como algo definitivo? Implorando que al asomarme al espejo no me quede quieto en la huida, como ayer. Me apiado de lo que repta hacía un lugar desconocido. No sé muy bien si el sol será bueno para su camino, o la lluvia también, o el exceso de vegetación también. De todos los que van en mi hay uno obsesionado por el fuego, se queda hipnotizado. Hay otro torturador que cuando pisa lo diminuto restriega con el pie dos veces sobre las losas. A veces me confunde algo invisible que tiene pretensiones de amor, ve amor en todo, en todos los sucesos cruen