ÚLTIMO SABOR.
Algunas veces por la boca hay algo que te sabe dulce y no sabes lo que es. A Bernasito lo que más le gustan son los lacasitos y los caramelos de goma de colores, los afrutados a limón algo amargos, así, blanditos mojados en azúcar. Le hacen mirar con cara pícara de viejo listo. Suelta babonas viscosas , y cuando bajamos por la Rua Armorica hasta las murallas romanas, va estirando la mano como si quisiera decírmelo con sus gestos. En Guayambe a los viejos lelos los llamamos ricochos , pero yo a Bernasito le he cogido mucho cariño, ya es un año de acarreármelo. En la politécnica salesiana saqué educación parvularia , y a Don Eudes Casielles, el hijo de Bernasito, como que le atrajo porque dice que se ha vuelto como un niño de cuatro años que aún siente los sabores y los colores. Yo lo noto al llegar a la quiosquera de Fontiñas, mueve las manos como si dijera albricias de niño con su vayvén . Sus reflejos de condición le dicen que le voy a dar los chuches, por eso suelta aquellos