OLVIDO.
No puedo expiar ningún pecado. Lo sensual era por obra y gracia. Y estaban aquellas flores y todo lo que era hermoso.Una ventana. El cielo irregular. Podría apretarte todos los días cuando sea domingo. Sin prisas. Y buscar nuevos enigmas debajo de la mesa. En las estanterías. Los pensamientos que nos invitan a la memoria. No hay reglas invariables en nuestras secuencias. Hace una semana otra vez aquí. Dispuestos a emprender el viaje por el mar Amarillo. Hubo una vez. Un beso. Lo recuerdo. Otra vez alas. Y otro beso. Uno diminuto y otro grande. No debo rezar en este infierno el pan nuestro. Nada nos es dado que no vaya a suceder por un designio. La soledad, no el silencio, la soledad. Otra vez las manos. Acaso, y cosas de los ojos. Cuando comprendía que era para amarnos durante un tiempo. Toda la vida, nunca. Otra vez como, así, como vienes hasta mi hombro hac