OLOR.

Siempre queda un rastro indescriptible, con todas sus vueltas. Sigues el olor, aprecias su significado, y te obsesionas. Mi padre siempre follaba a mi madre sin calentarla primero, y ella vivía resignada. A pesar de todo salimos ocho hermanos, tres varones y cinco hembras. Mis dos últimas hermanas decían que no eran del mismo padre, pero nos quisimos igual. Mi padre cuando murió quedó muy natural. Le cruzaron las manos pero no le pusimos escapulario. Siempre nos decía que si lo quemábamos se nos aparecería. Lo quemamos y que yo sepa nunca se nos apareció del todo, que yo sepa aún del todo aparecido, a lo natural. Para aquella ya habíamos venido para Oviedo en el coche de línea, y a la gente que se moría ya se la podía quemar si estaban bien muertos. No sé si mi madre volvió a follar con otro, lo desconozco, no era de mucha mano. Estuvo de negro un año y medio, antes también había estado de negro, de negro o con ropa muy oscura, asombrada. Mi madre siempre me olía a alcanfor y a estié...