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EL MANAGER.

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Me llamo Pentito Cruz (Penti) y para meterla tengo que hacer un triple bogey, eso con suerte, y si no lo logro lo intento en un cuádruplo (como poco), y si no, pues lo hago a puñados o con la boca; pero mal nunca quedo. Me refiero al golf. Mi pasión empezó en Valdevimbre jugando a las canicas mientras mi padre lavaba barricas de vino peleón tirando los posos a la cuneta. Apenas fui a la escuela del Topo, (El de las JONS ), que enseñaba según la teoría de los reflejos condicionados con el silbato a golpe seco sobre el cerebelo, después de una pregunta baldía e inexacto mal contestada ( Si no eras cristiano por la gracia de Dios, te jodían ). A estas horas de la mañana alguien ha puesto una pregunta en el cielo, pero no puedo contestarla. Alguien ha ido ordenando las nubes para que aparezca una interrogación sobre el azul de poniente y aumenten mis dudas. Este sábado ya se que no podré ser feliz. En la Plaza de San Telmo se me adelantaron unos rumanos que tocan a lo Emir Kustur

SIN DUDA, ERA UNA HECHICERA.

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A Lolo el Atrevido le pareció que el virgo de Amary era de doncella compuesta, porque en la primera noche de bodas la trajinó de un quite, como cuando clavaba un alfilerillo sobre una madera de aliso a golpe de maceta de albañil. En su sospecha se imaginó que llevaba una vejiguita de mercurocromo debajo del botoncito del gusto, y que la mancha de la sábana desparramada como una cruz de Borgoña no era indicativo de nada, más bien una casualidad de un movimiento que no llevaba estremecimiento, sino miedo repentino de envergada al tirón y por sorpresa. Lolo siempre opinó desde aquel día, que conserva lucidamente y en silencio, que debe haber más putas que políticos, banqueros, diáconos y curas juntos. Amary hace una sopa de pan exquisita y tortos de maíz. No se tira nada. El pan antiguo va a un fardelillo, y bien partido con un cuchillo jamonero se pone en la sartén con agua y fritura de ajo, un poco de sal y un huevo que se va haciendo, y todo queda como un solete español cuando

LA SUELA DE SUS ZAPATOS.

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Cientos de ojos estuvieron mirando el agua. El río tiene ese color turbio que da la torrentera, un gris que no refleja nada, si acaso un leve azul un poco antes del puente.En la charca el agua da vueltas como un remolino, es así redondo y en círculos como el molinillo de un niño agitado por el viento. Llegué aquí por una casualidad que no me explico. Angustiado por su falta, como si quisiera estar sólo para hablar y llorar dentro de mí. Ha sido imposible e inexplicable. En la casa las cosas estaban donde estaban, siempre llenas de silencio. Pero yo debo estar aquí por algo, por una intuición, por una orden divina, por una casualidad, por ser el autor de las malas palabras llenas de reproches. Al mirar al remolino veo aquellos zapatos que parecen difuminados como si estuvieran dentro de un cristal dando vueltas y vueltas como una peonza. Hay una estrechez de azul en el cielo entre dos nubes, y cuando acabo de mirar aquellos huecos llenos de añil, me pongo a pegar voces desesperadas.

HUMO MÁGICO Y SILENCIO.

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En Troms a uno se le quedan los huevos encogidos, ni una puta apetencia de mete y saca, y como vayas mucho más al norte y a la intemperie te pongas a mear se te queda congelada; si has visto la fuente de Manneken Pis, tienes esa sensación de que tú chorrito se anclará al suelo, así, petrificado en el hielo. Esto no hay garañón que lo aguante, ni ensoñación que lo enderece. Me habían dicho lo de los productos secos y lo del caldo de gallina en termos, pero yo lo que llevo es ansiedad, me parte el alma la sensación de aislamiento en cualquier circunstancia. Con mi imaginación he recorrido el Generalife y me he puesto a tomar el sol en el Patio de la Acequia mientras escucho el murmullo del agua subir y bajar con esa geometría parabólica, casi idéntica y simétrica si la miras desde el fondo de unos ojos enamorados. Tú estabas lejos, quizás recorriendo en un tren miles de postes que pasaban. Me habías dicho que viendo atardeceres. No sé si creerte. Quizás me lo decías para d

POR EL PARTIDO ME ABANDONAS.

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Cada dos domingos por la tarde siempre voy a verte, y es lo mismo, cuando subo por las escaleras radian partidos de fútbol, y en cada rellano donde está la llave de la luz interpreto las caras de Belmez de forma diferente, y si llueve hay siesta total y una lúgubre penumbra, como si todo fuera bajar otra vez al abismo del Corazón del Ángel (mí amada mulatita). Nunca me imaginé que me fuera a morir debajo de ti; y eso que antes de ayer ojee el Zohar por si había alguna duda y no la había. Sé interpretar el Libro del Esplendor como nadie, y no ofrecía ninguna elucubración extraña con el día y la fecha de tú recibimiento quincenal. Pude verte aún un poco, ya lo he dicho, no te mueres de repente, son segundos; te cogías el pelo hacia atrás y no distinguías por mis ojos si era placer o rictus mortis. Tus tetas me empezaron a dar sombra negra, eran dos cornisas y un alero, tus caderas el amortiguador elástico de un cuatro ejes que me daba y daba. Mi espíritu salió a la ca

RODABALLO.

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Vuelves a decirme aquello de que nada es perfecto y te creeré. San Juan de la Cruz asceta, y Santa Teresa con su dedo y aquel placer que la asolaba, y el origen de todo, el dolor del hambre en el estómago de Muhammad Rumi. Vuelve a decirme que nada es perfecto y te encerraré con los tres para que te coman a bocados. Aún amándome no me consuelas. Si te dignas a acariciarme es como si mandaras tú mano por mensajería y mi pecho tuviese miles de millas por recorrer. Incluso con tus ojos posados sobre mis tetillas viendo las hondonadas de sebo de mi cuerpo, y mis pies juntos y desnudos a lo difunto. Si me atas, así, las manos con un escapulario, y me pones el misal de la primera comunión, podría morirme, ¿y si me vistieses de marinero? Me dio aquel repente. Me entró la angustia, y salí corriendo escaleras abajo detrás de ti. Era como en los "sanfermines". Me llevé por delante a la mujer del protésico y dos docenas de huevos que llevaba en sus manos en postura de of

¿Y QUIÉN ME HABLA?

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Algunas veces pienso que aunque no esté el mar aquí (me habían dicho lo de la caracola), y pongo las manos como un cuenco sobre mis oídos, parece que lo siento. Lo de las caracola debe ser una leyenda urbana. No hace falta. Al despertarme lo primero que hago es abrir la ventana para mirar la calle y me viene ese vaho a rueda y a gasolina, si doy la vuelta y miro mi cama deshecha huele a mí, profundamente a mí, es el cubil de todas las noches. Dejar a los locos sueltos no es bueno. Un loco en soledad está doblemente loco. Yo me ensueño y ensueño, así se soñaron los sueños de la historia sagrada. Mi imaginación estuvo encerrada en el pabellón de los inmortales, de los que algún día vendrán a socorrerme, y me tenderán su mano cálida, para llevarme para siempre de este sufrimiento. No se sabe si el rey Salomón utilizaba calzoncillos de felpa; pero lo que si era cierto y viene a cuento, es que tenía poderes mágicos. Según dicen los historiadores más fidedignos reunió a todos

A LAS 8 AM.

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Olía tremendamente a gas pero no me di cuenta. Salí lanzado por los aires a las 14 horas PM, y fui subiendo como una hoja seca. Al principio pensé que mi destino era la magnetosfera. Visto así a vista de pájaro es como si todos quisieran volar como tú. El caso es que no iba completo: mi cabeza por un lado, brazos y extremidades inferiores por otro, y el corazón, qué sé yo por dónde iba, pero no iba conmigo, fue entonces cuando comprendí que no hacía falta para nada). Junto a mi subía Eulogio, el quiosquero, mucho más descuartizado, fue plena onda expansiva, y era un trocito aquí y allá mucho más arriba de donde vuelan los azores. Lo vi pasar raudo, tan deshecho que no supe con que parte hablar. De todas formas, cuando nos caímos en el suelo éramos todo uno. Las explosiones de gas tienen algo inmediato, que te deja pensar un poco pero no sabes en realidad quién eres. En la sidrería sólo se ha salvado la cocinera por ir a cambiarse el tampax. La vida es así. Si me hubiera dado por ir

EL ANCIANO Y SUS CALCETINES.

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Dado mi ciática en la zona lumbar derecha que me impide doblarme con facilidad, me compré un aparato para ponerme los calcetines. Lleva un mango alargado telescópico como una caña de pescar, acabado en un pequeño círculo de alambre cromado, colocas el calcetín en la punta del útil y tratas de ponértelo de pie en el pie. Hoy lo estrenaba. Pues estuve por toda la casa andando en calzoncillos con el aparato haber si cogía el pie derecho pero no hubo manera, yo levantaba el pie intentaba cazarlo como si fuera una mariposa con mi útil, y nada, que no lo cazaba, estuve andando y andando sin suerte, mi pie siempre iba por delante. He llegado a la conclusión que este invento es un axioma imposible. Me ha valido treinta y ocho euros en una tienda de ortopedia. Los lunes no son buenos para los ancianos. Hoy me tocaba el masaje mensual pero no he ido. No me encontraba con fuerzas, este dolor me mata. Arancha me hace masajes linfáticos. Con los nudillos dice que me va siguiendo la lin

FORMAS.

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He descifrado una forma desfigurada delante de mis ojos. Puede ser cualquier cosa, pero debe ser ella. Se me saltaron las lágrimas y ella pensaba que me daba placer, de todas formas era la rutina, por si acaso sucedía aún me tocaba. Podría ocurrir que fuese como subir y bajar del cielo. No lo era. Llegados hasta aquí puede decirse que ya no siento. Si escupo hacía arriba me cae otra vez, si no escupo mis comisuras son como lava fría. Debo decir que hoy es domingo, y no va a ocurrir nada. Todo ha sucedido ya para mí.

PUES NO SÉ CÓMO TITULARLO.

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La luna tenía esa forma que tiene cuando pasa detrás de las nubes, no sé si te acuerdas.La mañana se había detenido en un hospital así, de repente, son cosas que pasan. Todo se para cuando lo que te importa se queda aparcado, allí, en la octava planta. Si has sido toda la vida un caníbal, dar flores ahora no merece la pena. Es como llevarle flores a la tumba si en toda la vida no le miraste ni a los ojos. Yo compré dos periódicos y una revista y entré con flojedad en las piernas. Desde que te dan ese aviso tienes el estómago como si estuvieras enamorado. Pero es otra cosa. Cuando sales como que las cosas son diferentes. Hubo como luna y esa humedad que tienen las mañanas. Llevas la noticia dentro de ti y parece que vas más sólo (a eso le llaman ir acompañado). Todos llevamos el suicidio dentro. Antes o después aflora, aunque en los momentos felices no puedas ni creértelo. Lo llevas ahí, es como la solución final. Y si encima la luna está como estuvo, hoy la cosa invita.

CARAMELOS DE COLORES.

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Los niños tienen esas cosas, llevan sus ojos, sus manitas y sus lapiceritos de acuarela, y dibujan la misma casa la misma nube el mismo árbol, y lloran. Yo los veo dando vueltas como en un laberinto entre el guirigay y la maestra gallina. Mueven los bracitos y se agitan con sus mandilones azules, con sus coletas o su pelo corto. Yo me pongo al lado del embarrado de aluminio, escondido detrás del codo de un pilar y les tiro al aire caramelos de colores. Ayer me encontraron escondido debajo de la escalera de mi portal. Alguien dijo, es un “drogadito”, pero era yo. Acababa de llegar de dar caramelos a los de preescolar en el recreo de la escuela, y aún llevaba caramelos en los bolsillos. Según la ley del veintiuno de julio de comunidades sobre propiedad horizontal a mi me correspondía un azulejo de debajo de la escalera y lo estaba disfrutando, acurrucado, sin molestar a nadie. Me quedo así parado, en esa postura de cuclillas cuando me da el bajón. Es mi estado de defensa