MI MANO DERECHA.
Llevo cerca de un año con una ansiedad que está condicionando mi vida. Había refrenado mucho mis impulsos instintivos antes de esta situación. He perdido la delicadeza para poder amar con cierto orden. Incluso, a veces, tengo la sensación de estar castrado simbólicamente. En lo que yo llamo mi conciencia aparecen irrefrenables pulsiones que a veces me dan hasta terror de mi mismo. Me habían hablado de un trauma en mi nacimiento. Tanto tiempo allí en aquella suavidad como si no quisiera separarme de mi propia madre. Esta es una fantasía recurrente. Es como si llegasen a mi como una inundación todos los estímulos recibidos durante ese corto trayecto hacía la vida. Mi sistema nervioso bombardeado por infinidad de estímulos que me obligan a contener reacciones excesivas. -¿Es que estoy loco? -¿Mi madre también me trasmitió sus ansiedades? Cuando mi madre desaprobaba mi conducta sentía una desazón increíble, próximo a un desencadenamiento somático sin precedentes. Incluso con rep